martes, 7 de agosto de 2012

Más control impositivo en los súper por las compras mayores a $ 1.000


PEDIDO A ECHEGARAY PARA QUE ELEVE EL PISO

Los obliga la AFIP por una vieja norma. Y para no incomodar al cliente cortan el ticket antes de los $1.000.


Claudio, de 40 y pico, padre de familia con dos hijos pequeños, baja del auto con la lista ya confeccionada: la idea es llenar la heladera, el freezer y las alacenas como para no tener que volver al súper en las siguientes dos semanas. Desde que regresó de las vacaciones, este cliente se topó con dos novedades: el ticket de su compra quincenal atravesó la barrera de los 1.000 pesos y la empleada de la caja, invariablemente, le comunica que va a tener quecortar el ticket como si se tratara de dos compras independientes.
Según contó él mismo a RMN , Claudio aceptó la sugerencia las dos o tres primeras ocasiones como quien mira llover. Pero un sábado se le ocurrió preguntar a la empleada el motivo del “corte” del ticket y la respuesta no lo tranquilizó. “Es una norma de la empresa”, le dijo la cajera. Indagó un poco más con un empleado de la caja que conoce desde hace tiempo. “ Si el ticket supera los 1.000 pesos, hay que informar a la AFIP”, le confió.
La confidencia del empleado es mitad cierta y mitad no: las compras por más de 1.000 pesos obligan al comercio a consignar los datos del comprador y éstos quedan a disposición de los inspectores de la AFIP.
Pero el supermercado (o un negocio de ropa, donde una compra de $1.000 también está dejando de ser una rareza) no está obligado a enviar la información al organismo recaudador.
Eso sí ocurre con los consumos domiciliarios de servicios públicos (gas, luz, agua, telefonía fija y celular) que superen esa misma cifra. El 12 de julio, la AFIP dispuso a través de la Resolución 3.349 que las empresas que prestan esos servicios deben informar como consumos “relevantes” todas las facturas mensuales superiores a $1.000.
En los súper, si un cliente tiene un ticket de más de 1.000 pesos, no se le puede vender como categoría “consumidor finial” sino que se debe emitir una Factura B, donde figuran obligatoriamente los datos fiscales del cliente.
Salvo, claro, que el comercio divida el ticket en dos.
“Lo del corte de ticket es absolutamente cierto, las cadenas tratan de evitar conflictos con el cliente y entonces ordenan a sus empleados que corten cuando la cuenta va por los 950 pesos”, dijo a este diario el gerente de una de las principales compañías proveedoras de servicios a todas las cadenas grandes. “Lo que sucede ahora es que esta práctica se volvió habitual. Antes una compra de 1.000 pesos era una rareza, salvo que estuvieras llevando un televisor o una heladera. Ahora, por la inflación, los changuitos de los hipermercados pasan los $1.000 mucho antes de quedar llenos”.
Dentro de las cadenas de supermercados, el tema es tabú: ningún ejecutivo consultado por este diario (tres cadenas en total) quiso responder en concreto sobre el tema, pero a la vez no desmintieron la norma no escrita de cortar el ticket antes de los 1.000 pesos. Y señalaron que hay pedidos efectuados tanto por la Cámara de Comercio como por la Asociación de Supermercados (ASU) a la AFIP para que el organismo que dirige Ricardo Echegaray suba el techo de las compras con ticket de “consumidor final”. Los reclamos fueron hechos en 2010 y a mediados del año pasado, pero el tope no fue modificado.
La norma vigente es la Resolución 256 de 1998 (Menem presidente, Roque Fernández ministro de Economía), que por entonces establecía como límite del ticket “consumidor final” un monto de 250 pesos. El tope fue modificado por última vez el año pasado: la Resolución 3.115/2011 de la AFIP que llevó el límite de compra tipo “consumidor finales” (no registrables) a 1.000 pesos.
Claudio mostró a RMN los dos tickets de su compra de la semana pasada: se trata de una canasta típica de un hogar de clase media, de productos con algunos pocos lujos (carne picada de máxima calidad, supremas de pollo, gaseosas y productos de limpieza de primera marca). Pero aun sin vino ni cortes de carne caros (lomo, peceto o colita de cuadril) llegó a los 1.188 pesos. Claudio terminó pagando menos (utilizó la promoción de 15% de descuento para el pago con tarjeta de crédito) pero la empleada de la caja no esperó hasta el importe definitivo: le “sugirió” el corte de ticket cuando la suma inicial iba por los $900.

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