jueves, 4 de octubre de 2012


Cepo, corralito, trabas o estímulos: cronología de las restricciones a la compra de dólares

Ayer Cristina se quejó de que los medios usen la palabra cepo. Más allá de los términos, hay una larga serie de medidas que fueron reduciendo el acceso al mercado cambiario.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se quejó ayer de que los medios de comunicación hablen de un “cepo” cuando se refieren a las medidas que viene tomando el gobierno para restringir el mercado cambiario. Con una serie de datos, dio a entender que los dólares siguen siendo accesibles para todos los que lo necesiten. Sin embargo, y más allá de que se hable de cepo, corralito, trabas o medidas de incentivo a la pesificación de las operaciones, hay una larga serie de medidas con las que el Ejecutivo viene achicando cada vez más las posibilidades para comprar divisas extranjeras, incluso prohibiéndola taxativamente para determinados fines, como el ahorro.

La implementación, a mitad de 2010, de controles especiales a la compra de billetes y divisas en moneda extranjera por encima de los 250.000 dólares en el año calendario fue, en cierto sentido, el primer antecedente, aunque prácticamente no impactó entre los ahorristas comunes, los turistas ni el mercado inmobiliario, como sí lo hicieron las medidas que comenzaron hace un año, en octubre del 2011. Desde entonces se fueron agregando restricciones y, eventualmente, corrigiendo algunos errores. En varios casos, las medidas se aplicaron primero de hecho y luego se formalizaron a través de resoluciones y comunicaciones.

Octubre de 2011: la Comunicación 5239 del Banco Central creó la Consulta de Operaciones Cambiarias por la que la AFIP pasó a supervisar todas las solicitudes de compra de divisas (desde entonces, cada operación necesita el permiso de la AFIP). Para implementar el programa, la AFIP dictó la Resolución General 3210.

Noviembre de 2011: otra comunicación del BCRA (la A 5245) incluyó algunas excepciones a la programa de consultas (organismos internacionales, gobiernos locales, créditos hipotecarios anteriores al 31 de octubre y jubilaciones del exterior, entre otras).

Diciembre de 2011: a través de dos comunicaciones, el BCRA incluyó entre las operaciones supervisadas por la AFIP el concepto de turismo y viajes y reguló normas para el ingreso y egreso de divisas en concepto de servicios, rentas y transferencias corrientes.

Febrero de 2012: se dictaminó que las empresas no podrían comprar divisas para girar regalías y dividendos al exterior.

Marzo de 2012: otra comunicación del BCRA (la A 5294) estableció que sólo se puede sacar moneda extranjera en cajeros del exterior contra cuentas locales en dólares y siempre que esas cuentas tengan fondos. Paralelamente, empezaron a bloquearse los giros minoristas fuera del país.

Abril de 2012: la Comunicación A 5295 completó las normas para el ingreso y egreso de divisas por servicios, rentas y transferencias corrientes.

Mayo de 2012: la AFIP bloqueó de hecho la compra de dólares para el atesoramiento, anunció más controles a los “arbolitos” y sacó una resolución (la 3333) que estableció un régimen de información previa para la compra de divisas para viajes al exterior por razones de salud, estudios, congresos, conferencias, gestiones comerciales, deportes, actividades culturales, actividades científicas y/o turismo.

Junio de 2012: la Comunicación A 5314 del BCRA reguló la compra-venta de valores por parte de entidades financieras. Empezaron a salir, además, una serie de resoluciones que daban a distintas empresas más plazo para liquidar los dólares de sus exportaciones. Y se anunció un plan para hacer descender el precio del billete informal, en medio de desencuentros entre funcionarios y legisladores oficialistas en torno al valor del dólar y si estaba bien o no regular el mercado informal/ilegal.

Julio de 2012: el Banco Central oficializó la prohibición de comprar dólares para ahorrar (Comunicación A 5318) y estableció que todas las compras de divisas debían hacerse con dinero bancarizado y que las compras por Ayuda Familiar mayores a 1.500 dólares requerían una autorización especial. Paralelamente, la AFIP comenzó a exigir más información a quienes quisieran dólares para viajar al exterior.

Agosto de 2012: hubo una sucesión de resoluciones y comunicaciones que estrecharon el cepo a un ritmo acelerado. Se establecieron las declaraciones juradas para quienes quieren comprar dólares para viajar al exterior. Luego se anunció la aplicación de un recargo del 15%, en concepto de anticipo de Ganancias y Bienes Personales, para las compras con tarjeta de crédito en el exterior. Y, un día después de que Echegaray dijera que no iba a hacerse, se publicó la resolución que aplica ese recargo del 15% también a las compras en el exterior por Internet y las que se hagan con tarjeta de crédito. El titular de la AFIP dijo que ese 15% se va a aplicar también a los paquetes turísticos que se compren en dólares, aunque sea a través de agencias locales, y no descartó que en el futuro puedan quedar incluidos también los paquetes que se paguen en pesos.

Septiembre de 2012: oficialmente, no hubo nuevas medidas, aunque sí algunos inconvenientes para realizar operaciones electrónicas. El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el diputado y ex viceministro Roberto Feletti dieron a entender, en distintas oportunidades, que las trabas llegaron para quedarse, por lo menos “hasta que se complete el proceso de pesificación”.

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