lunes, 13 de noviembre de 2017

Prácticas Comunitarias Solidarias en la Escuela Hogar 114




Estudiantes y docentes de Agronomía cerraron el ciclo 2017 con una choripaneada

Con mucha emoción, juegos y una gran choripaneada, cerró el jueves pasado el ciclo de Prácticas Comunitarias Solidarias 2017 de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa en la Escuela Hogar N° 114 de Santa Rosa. A lo largo del año y en diferentes turnos, 32 alumnos de la institución universitaria compartieron sus tardes una vez por semana con los alumnos de la Escuela Rosa y sumaron un aliciente especial a su formación profesional.
“Fue una experiencia fabulosa, tanto para el docente que llevó a cabo esta actividad como para los estudiantes que participaron. Lo principal para la Facultad no son acciones aisladas, que solo los estudiantes que hagan esa práctica puedan tomar contacto con el medio que los rodea y con una realidad muy distinta  a la que ellos viven, sino intervenir y poder tener una continuidad en estas actividades; y por lo que estamos recogiendo hoy,  a la gente de la Escuela en particular le hace mucho bien”, comentó Ana María Urioste, vicedecana de la Facultad de Agronomía.
Las “Prácticas Comunitarias” fueron creadas por el Consejo Superior a partir de una  Resolución del año 2011, con el compromiso de que para este año todas las unidades académicas las tengan incorporadas en los planes de estudio de las distintas carreras como una actividad obligatoria. “Cada Facultad de la UNLPam las ha implementado con distintas particularidades, no son todas iguales. Algunas pueden estar orientadas al perfil profesional de la carrera y otras son totalmente solidarias. Nosotros nos inclinamos por esta última”, explicó la Secretaria Académica de la Facultad, Carla Suárez.
Estas prácticas comunitarias son una actividad obligatoria para los estudiantes y las pueden realizar en cualquier momento de la carrera que se encuentren cursando. Tienen que cumplir 40 horas como cualquier otra actividad curricular y, según destacó Urioste, “tienen el sentido de fortalecer la solidaridad que tenemos que tener todos los ciudadanos para con nuestros pares, quienes tal vez están en una situación de vulnerabilidad en algún momento. Llegar y ver que todos los niños vienen a saludarnos efusivamente, que están esperando que uno venga… Es una actividad muy rica para todos, tanto para los estudiantes como para los docentes de ambas instituciones. Para nosotros, ésta en particular fue una actividad muy enriquecedora y esperamos poder continuar el año que viene y a futuro también. De hecho para el 2018 ya se sumaron muchos docentes”, señaló la Vicedecana.
Los directivos y docentes de la Escuela Hogar también agradecieron esta experiencia. “Fue muy interesante cuando los docentes de la Facultad de Agronomía se acercaron para buscar una actividad que les permita a sus alumnos una salida de su carrera con una mirada más social. Cuando llegaron a la Escuela vieron otra realidad, otras infancias, los vínculos que los chicos tienen con la gente que los viene a visitar, que son súper afectuosos. Ellos se prenden enseguida y muestran el cariño a las personas que vienen a visitarlos, que les muestran su confianza y sus ganas de estar con ellos, de jugar, de compartir”, comentó la directora de la institución, Marcela Peralta, al mismo tiempo que brindó su apoyo para que la actividad continúe el año próximo.


“Una actividad muy gratificante”
El docente a cargo de esta práctica solidaria a lo largo de este año fue Juan Pablo Ponce, perteneciente a la cátedra de Horticultura. Se mostró emocionado con el cierre de este ciclo 2017, y explicó cómo lo llevaron adelante. “Estuvimos trabajando dos meses en el primer cuatrimestre y dos meses este cuatrimestre con distintos grupos de estudiantes de las distintas carreras de la Facultad. Cuatro encuentros por mes de 18 a 21 horas en los que principalmente se realizaron actividades recreativas y de hogar con niños de esta institución, quienes permanecen en la Escuela de lunes a viernes. Los estudiantes buscaban usar el ingenio para entretener a los niños, como jugar al futbol, al básquet, hacer algún juego en el taller o ayudar en la huerta, hacer la tarea… Actividades que iban surgiendo en conjunto con los docentes de la Escuela. Y finalmente cenaban junto a ellos”, comentó.
Por otra parte, Ponce se refirió al impacto que estas prácticas causaron en los alumnos que participaron este año: “es algo muy gratificante. Yo notaba su emoción, un montón de preguntas que antes no se habían hecho… Y esto se cierra con un informe final que ellos tienen que realizar sobre qué les dejo pasar por esta práctica solidaria, y muchos agradecen haberla elegido y es muy emocionante”, afirmó.
El cierre tuvo lugar este jueves en el patio de la Escuela Hogar N° 114 y allí estuvieron presentes los estudiantes que participaron durante el año, docentes que participarán el año próximo y autoridades de la Facultad de Agronomía. La idea es continuar desde febrero o marzo del año que viene, algo que tanto los estudiantes de la Facultad como los chicos de la Escuela esperan con mucha emoción.

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