El cultivo “estrella” de Argentina, la soja, que en los últimos años salvó la economía del país, viene esta temporada con muy malas noticias para el Gobierno: los precios del grano se desploman y con ello caerán los ingresos en momentos en que las divisas escasean.
La última cosecha de soja ha sido récord, 55 millones de toneladas, y ello ha ayudado a aminorar la caída de las exportaciones globales argentinas, que fue en el primer semestre del año de un 10%, pero desde junio pasado, el precio internacional del principal producto de exportación argentino cae en picado.
Ya lleva acumulado un desplome cercano al 20 %, rondando actualmente los 470 dólares por tonelada.
Esta fuerte retracción estuvo “determinada por factores de oferta, cosechas récord tanto en Estados Unidos como en el hemisferio Sur que llevaron la producción mundial a valores superiores a los esperados”, dijo la consultora Ecolatina en un reciente informe.
Las cotizaciones de contratos a futuro no traen buenas noticias: la proyección es de precios en bajada debido a perspectivas positivas para la próxima campaña en Estados Unidos, Brasil y Argentina que podría derivar en una sobreoferta de soja en el mercado mundial.
De concretarse una cosecha récord a nivel mundial, la oferta global del grano se elevaría a 360 millones de toneladas, frente a una demanda calculada en 280 millones de toneladas, según estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
Con esta expectativa, en los mercados de futuros los contratos de soja se cotizan a mayo de 2015 en torno a los 262 dólares por tonelada.
Según los expertos, la disminución del valor de la soja impactará en la balanza comercial y también en las cuentas fiscales por vía de unos menores ingresos por los impuestos (retenciones) a las exportaciones del grano.
Para Miguel Ángel Boggiano, titular de la consultora Carta Financiera, bajo la hipótesis de que en la nueva cosecha se repetirá el récord de 55 millones de toneladas y a un precio rondando los 400 dólares la tonelada, la caída en la recaudación para el Estado sería el año próximo de 2.117 millones de dólares.
Según el economista, el problema podría agravarse si se piensa que la cosecha disminuirá el año que viene por la incertidumbre reinante y la caída en el precio: si la cosecha fuera de 50 millones de toneladas, entonces la pérdida por recaudación sería de 2.817 millones de dólares.
“Este número representa un 10 % de las reservas del Banco Central argentino y casi un 13 % de las reservas líquidas del Banco Central. A no confundirse: este número es de gran importancia e impondría un golpe letal al modelo actual”, advirtió Boggiano.
Es un pronóstico con el que coincide Ecolatina, que alertó que si el precio no repunta de aquí a comienzos del año entrante, Argentina se encontrará con un menor flujo de “dólares sojeros” que el actual.
“Esto se daría en un contexto incluso menos favorable, ya que 2015 será un año de importantes compromisos financieros, incertidumbre electoral y un stock de reservas inferior a las existentes a principios del corriente año”, advirtió la consultora.
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