miércoles, 19 de marzo de 2014

“El gobierno intenta aplicar un Rodrigazo en las paritarias”



El ex ministro de Economía advirtió que “quieren dar aumentos del 25% con una inflación de más de 30%”.
El ex ministro de Economía Roberto Lavagna volvió a insistir hoy con las similitudes entre el ajuste ortodoxo que está encarando el gobierno con el que implementó Celestino Rodrigo a durante la presidencia de Isabel Perón en 1975, conocido popularmente como “Rodrigazo”.
“En el Rodrigazo hubo aumentos de precios de una sola vez del 200%, y a los sindicatos se le concedían subas del 80%”, recordó el ex funcionario durante un desayuno organizado por la Fundación de Estudios Políticos, Socialies y Económicos para la Nueva Argentina(Fepesna) en el Hotel Savoy.
“Ahora el gobierno quiere cerrar aumentos del 25%, con una inflación que está arriba del 30%”, comparó Lavagna. “Está intentando el mismo operativo que se hizo a finales del 75’”, advirtió, ante la consulta de uno de los presentes sobre cómo veía las negociaciones de las paritarias.
El ex titular del Palacio de Hacienda fue el primer economista que el año pasado alarmó por la forma en que podía desembocar la crisis cambiaria si el gobierno no tomaba medidas de fondo.
El ex funcionario criticó la caída en los salarios reales que se avecina en el 2014, porque “cuando se afecta el ingreso de los trabajadores el producto cae”. “Qué empresario va a invertir si ve que el consumo está cayendo?”, se preguntó.
En ese sentido, propuso revisar “los sobreprecios de la obra pública”, el pago del cupón PBI y las jubilaciones sin aporte, que calculó en dos millones, de las que 800 mil “son personas de altos ingresos que las consiguieron primero mediante un gestor”, para de esta manera poder financiar aumentos mayores para los trabajadores estatales.
“Dentro de la masa presupuestaria hay lugar para repartir costos de manera diferente”, sostuvo Lavagna.
Durante su exposición, el economista asesor del Frente Renovador que lidera Sergio Massa defendió su gestión al frente del Palacio de Hacienda, que inició en abril del 2002 durante el gobierno de Eduardo Duhalde y que se extendió hasta el 2005, ya bajo el mandato de su sucesor Néstor Kirchner.
En un salón colmado de ejecutivos, Lavagna se mostró preocupado por los “cambios en la política económica” que se iniciaron en el 2007, pero dejó en claro que “las causas económicas no fueron las más importantes” y se encargó de enumerar los cambios institucionales registrados desde ese año, sumado al acercamiento a la Venezuela de Chávez.
El fundador de la consultora Ecolatina brindó los datos para sustentar su postura ayudado por un breve power point. Contó que la “formación de activos externos” se aceleró a partir del 2006, cuando “empiezan a manifestarse dudas sobre el futuro económico del país”.
La salida de capitales tuvo un efecto sobre “la estructura de generación de empleo”, explicó, y por eso “desde hace tres años no hay creación neto de empleo en el sector privado. Sólo lo crea el estado”, argumentó.
Según Lavagna, al año de haber dejado la cartera de Economía la inversión dejó de tener el incremento anual necesario para que el país pueda “crecer de manera sostenida”.
Por otro lado, rememoró que el PBI subió entre el 2003 y el 2007 a un ritmo del 9% anual, pero que desde ese entonces la cifra promedio cayó a menos del 4%, hasta llegar al escalón actual del 1,1%, una cifra que está “apenas arriba del crecimiento de la población” y que implica que “alguien está creciendo al 5% mientras otro baja al 5%”.
“Creciendo al 9%, el ingreso de los argentinos se duplica cada nueve años; creciendo al 4%, los ingresos se duplican cada 18 años”, calculó el economista. “La Argentina es un país excepcional por la brecha entre lo que es y lo que puede ser, que sigue ampliándose”, analizó.
Para Lavagna, en el 2014 la actividad no va a caer(a diferencia de lo que pronostican sus colegas), sino que tendrá una expansión de sólo 1%.
El ex titular del Palacio de Hacienda consideró que desde que dejó su cargo “reapareció la volatilidad”, y cuando eso sucede “es favorable al proceso de concentración de ingresos”.
La caída en la tasa de crecimiento “afecta fundamentalmente a las Pymes”, aseguró Lavagna. “Difícilmente sobrevivan a un crecimiento del 1 ó 2 por ciento. Necesitan un mínimo de 4%”, alertó.
El ex ministro de Economía también aprovechó para contar que la recuperación de la crisis del 2001 “se hizo con precios para nada excepcionales, sin contar con viento de cola” como el que vino años después, con la “aparición de China como comprador de proteínas” que llevó el precio de la soja a un promedio de U$S450 la tonelada.
“La Argentina tardó más de cuatro años en darse cuenta los efectos nocivos de la inflación”, reflexionó Lavagna. El ex funcionario adjudicó el triunfo del oficialismo en los comicios del 2011 a que la suba de precios “al principio tiene un gusto dulce, para el gobierno porque aumenta la recaudación y para la gente, porque puede comprar en cuotas fijas”. Pero que después de un tiempo ese gusto “se hace amargo”.
“La inflación ya está en un punto en donde no tiene nada de positivo”, subrayó.
Respecto al freno que logró poner el gobierno a la caída de reservas, Lavagna dijo que “hay algunos con un ataque de optimismo, como el sector financiero, que no tiene motivos para estar triste por este cambio”.
“No es el Banco Central el que hace la política económica. el BCRA puede calmar una corrida, pero la solución no pasa por ahí”, concluyó.

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