El médico está acusado de asistir a personas torturadas en la Seccional Primera de Policía durante la dictadura. Estaba preso desde hacía 3 años y 7 meses. Lo excarcelan con una caución de un millón de pesos.
El Tribunal Oral Federal de Santa Rosa dejó en libertad al médico Máximo Pérez Oneto, que está acusado por delitos de lesa humanidad, al haber asistido a torturados durante la dictadura militar en la Seccional Primera de Policía. Pérez Oneto había obtenido el beneficio de la detención domiciliaria luego de permanecer en la Colonia Penal Unidad 4. Este martes los jueces Marcos Aguerrido, Alejandro Silva y Orlando Coscia aceptaron un recurso de la defensa y le otorgaron la excarcelación.
Los abogados particulares Máximo Ramón Pérez y Gerardo Ibañez habían presentado un recurso para hacer cesar la prisión preventiva por considerar que se habían cumplido los plazos legales para permanecer en esa condición sin que haya una sentencia. En diciembre el TOF ya había liberado a Miguel Ochoa, Oscar “Miseria” López, Orlando Pérez, Luis Lucero y Jorge Quinteros.
Pérez Oneto había sido detenido el 31 de julio de 2012. La prisión preventiva se prorrogó y el médico estuvo detenido tres años y siete meses. Desde el 22 de mayo del año pasado permanece con prisión domiciliaria. Los abogados argumentaron que el acusado está bajo tratamiento siquiátrico y que retomar su actividad laboral, al cesar la prisión preventiva, podría beneficiar su salud.
El fiscal Alejandro Salvador Cantaro se opuso al pedido de la defensa. Sin embargo, el juez Aguerrido le otorgó la libertad, en un fallo que contó con el aval de los dos jueces subrogantes que conforman el tribunal.
Pérez Oneto tiene 71 años. Era médico policial de la Seccional Primera, donde actuó el grupo de tareas encargado de secuestrar y torturar a los detenidos en forma ilegal durante la época de la dictadura en la provincia. El médico fue procesado, acusado de asistir a sesiones de tortura en ese centro clandestino.
“La petición del acusado resulta procedente. La prisión preventiva a los fines del aseguramiento de la investigación y prueba, se encuentran cumplidos”, sostuvo Aguerrido en su resolución. “Si bien es cierto que los hechos por los que resultó procesado son graves, su estado jurídico de inocencia no ha sido conmovido”, contrapuso al criterio del fiscal. Argumentó que mantener la prisión preventiva sería aplicarle una “pena anticipada” al acusado.
Aguerrido también indicó que todavía no se resolvieron los recursos de las defensas sobre la integración del tribunal -recusaron al juez Mario Triputti-, algo que demora el juicio oral. Dijo que por eso, la continuidad de la prisión preventiva “supera los stándares aceptables de razonabilidad y proporcionalidad de las medidas de coerción personal”.
El juez también se basó en el criterio de la juez instructora de la causa a la hora de otorgarle la prisión domiciliaria, cuando consideró que no existe peligro de fuga. Además, recordó que Pérez Oneto declaró como testigo en el juicio a los represores, en 2010, y allí se enteró que se lo iba a investigar por su participación en los delitos que se ventilaron y, sin embargo, no se fugó ni entorpeció la investigación desde ese momento hasta que fue detenido, casi dos años después. “Tal es así que al momento de su detención se encontraba en su domicilio”, destacó. Señaló inclusive que ha cumplido con los requisitos de la detención domiciliaria, sin observaciones.
“Es una persona de más de 70 años, con arraigo, que convive con su familia y que está padeciendo problemas de salud”, añadió.
Para que el acusado cumpla con las medidas judiciales, el TOF le impuso una caución de un millón de pesos. Le prohibieron mantener contacto con cualquiera de los testigos de la causa. Y lo obligan a fijar domicilio, a concurrir semanalmente al tribunal, y tiene vedado salir del país.
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