martes, 19 de noviembre de 2013

Jury por Sofía Viale: los fiscales dijeron que Salinas se desentendió totalmente del caso


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Los cinco fiscales de Pico que el fiscal general Carlos Salinas tenía a cargo pasaron este martes por el jury de enjuiciamiento que enfrenta el funcionario judicial en la legislatura provincial y le arrojaron un salvavidas de plomo. Salinas prefirió no presentarse.
Los cinco fiscales que declararon este martes fueron coincidentes en afirmar que se desentendió totalmente de la investigación de la desaparición de la niña Sofía Viale y afirmaron que su jefe no impartía órdenes ni instrucciones sobre el funcionamiento de la fiscalía.
Durante la primera jornada del jury, testimonió la ex-fiscal Noelia Afonso (perdió el cargo luego de la aparición de la niña) y los fiscales que colaboraron con ella en el caso, Alejandro Gilardenghi y Horacio Aberásturi. También declararon los fiscales Ivana Hernández y Ana Laura Ruffini, quienes describieron el incumplimiento de las principales obligaciones de la función que tenía Salinas.
La segunda jornada del jury se realizará este miércoles. El jurado está integrado por el presidente del Superior Tribunal de Justicia, Tomás Mustapich, los diputados Silvia Larreta (PJ) y Martín Berhongaray y las abogadas Lidia Ullán y Marianela Oriani.
Sofía Viale fue hallada el 5 de noviembre de 2011, violada y asesinada, enterrada en el patio de Juan José Janssen, a una cuadra de su casa, 67 días después de que sus padres denunciaran que no había regresado a su casa. Ese mismo día Salinas fue agredido por una turba de vecinos, enardecido por la ineficacia de la búsqueda que había llevado adelante la policía y la justicia.
Salinas presentó la renuncia en diciembre de ese año, pero el gobernador Oscar Mario Jorge no se la aceptó nunca. El procurador general Mario Bongianino enfrentó un juicio político por el caso, pero salió airoso. El bloque de diputados del PJ denunció a Salinas por mal desempeño de sus funciones ya que consideraron que fue “absolutamente negligente” e “incompetente” y además actuó con falta de decoro cuando declaró públicamente que la de Sofía “no era la familia Ingalls”, arrojando sospechas públicas sobre los familiares directos de la nena.
El descargo de un
acusado ausente
El jefe de los fiscales eligió estar ausente en el juicio que desembocaría en su destitución. Su abogado defensor, Julio Ballari, renunció días antes del juicio. Por eso, la defensa la ejercen los defensores oficiales Pablo De Biasi y Natalia Mariani. La acusación está a cargo del procurador subrogante, Guillermo Sancho (foto), ya que Bongianino se excusó oportunamente.
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En la primera jornada del jury, se dio lectura a un resumen de la acusación y también al descargo del acusado. Salinas, allí, sostuvo que cuando se presentó la denuncia la niña ya había sido asesinada, que la investigación no hubiese podido evitar ese resultado, que “nunca se buscó tanto a una niña” y que la fiscal Afonso “nunca estuvo sola”. Justificó la falta de instrucciones a los fiscales porque habían actuado “correctamente” y dijo que Afonso fue “un chivo expiatorio” por la “conmoción pública, agitada por demagogos y oportunistas”, que provocó el hecho.
El ex-fiscal general sostuvo que del caso debió hacerse cargo el Juzgado de la Familia y no los fiscales, porque se presentó como una fuga y no había evidencias de un delito, hasta que se halló el cuerpo y él se hizo cargo y se detuvo al autor del crimen a las pocas horas. Finalmente, si bien reconoció que tuvo declaraciones públicas poco afortunadas, también las justificó porque, justamente, no formaban parte del léxico de un expediente judicial y, además, no influyeron en la marcha del caso.
Los fiscales, durísimos
Las declaraciones de los fiscales, principalmente los que estuvieron abocados al caso, fueron durísimas y dejaron muy mal parado a Salinas. Dejaron asentado que su jefe no supervisaba ni daba instrucciones sobre el funcionamiento de las fiscalías, no cumplía con la obligación de realizas reuniones periódicas para evaluar la marcha del organismo y, en el caso específico de Sofía Viale, se desentendió abiertamente de la investigación, dejó “sola” a una fiscal sustituta que hacía un mes que había asumido el cargo, y sólo apareció el día del hallazgo del cuerpo para apartar a los tres fiscales que llevaban adelante el expediente, cuando los maltrató en misma escena del crimen y delante de los investigadores policiales.
En primer termino, la ex-fiscal sustituta Noelia Afonso, que había ocupado su cargo un mes antes, relató que el viernes 31 de agosto la policía le avisó que el padre había denunciado que no había regresado al hogar Sofía Viale. Como la niña no apareció, el martes les pidió colaboración al fiscal adjunto Boga Doyhenart, que tenía bajo su órbita los delitos complejos, pero este la remitió a Salinas.
Ese día no pudo hallarlo. Recién el miércoles se entrevistó con Salinas, aunque el fiscal general le negó ayuda y le dijo que era una fuga, no había indicios de delito, por lo que el expediente debía tramitarlo el Juzgado de Familia y el Menor.
“Traté de hacer lo que podía, sola”, contó la ex-fiscal. Ese mismo día, los fiscales Alejandro Gilardengui y Horacio Aberásturi, le ofrecieron colaborar, para aliviarla y por su inexperiencia, y formaron por su cuenta el equipo que guió las búsquedas y los allanamientos para intentar descubrir qué había sucedido con la niña.
Durante los 67 días de búsqueda, Afonso contó que Salinas “nunca me dijo una orden, me dijo hace tal cosa o llamá a tal lugar, ni se reunió con nosotros para dar un lineamiento a seguir”. “Sí me preguntó alguna vez en mi oficina, pero eran conversaciones informales, era como si me encuentro con alguien en la calle”, añadió.
Afonso defendió el rol que tuvo junto a los otros dos fiscales. “Hicimos todo lo permitido, y más. Se trabajó
con ahinco y esfuerzo. Por dos meses dejamos de lado el resto de la causas. Estábamos hasta las once de la noche en la fiscalía”, dijo.
-¿Incluye a Salinas en ese trabajo con ahinco y esfuerzo? -le preguntó Sancho.
-No -respondió, tajante.
El fiscal Alejandro Gilardenghi fue lapidario acerca de la tarea de su ex-jefe, Salinas. “Yo no tenía una relación fluida con el fiscal. No era buena. No se hacian las reuniones semanales que exigía la ley orgánica”, reveló. Y dijo que Salinas “no entendía” la reforma procesal que depositó la dirección de las investigaciones en manos de los fiscales.
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Sobre Sofía Viale, dijo que “el criterio de Salinas era que no había que buscarla porque la fiscalía no debía intervenir” en el caso. Sin embargo, consultado por Sancho, indicó que tampoco el fiscal general le dio la instrucción expresa a Afonso que se apartara del expediente.
-¿En algún momento fue un obstáculo para el trabajo que hacían? -le preguntó Sancho.
-No fue un obstáculo a propósito, sí involuntariamente. Hizo algunas declaraciones que no eran convenientes, por decoro. Inclusive descalificó públicamente a algunos de los fiscales que intervenían.
La fiscal Ana Laura Ruffini apoyó el relato de sus colegas. No colaboró con ellos porque el lunes siguiente a la desaparición de la niña entró de turno y el trabajo con los detenidos no le permitió sumarse al equipo. Pero conocía diariamente las novedades. “A Afonso no le dio bolilla”, recordó la respuesta al pedido de ayuda que hizo la fiscal sustituta.
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“Su opinión era que no teníamos que investigar nosotros. Nunca hubo una directiva. Nunca participó de una reunión, jamás, porque se retiraba a las 12.30 y no volvía a la tarde. Estaba totalmente ajeno, alguna vez preguntó ‘¿apareció la pibita?’, pero era de la misma forma que preguntaba la señora que nos servía el café”, graficó.
Ruffini indicó que Salinas tenía el despacho en un segundo piso y ellos estaban en planta baja. “En el primer año, si bajó una o dos veces, es demasiado. No lo vi involucrado como jefe en la nueva modalidad (la reforma del código procesal). Nos acostumbramos a trabajar sin él”, resumió.
-¿Pero ustedes no podían llamarlo, hacerle una consulta? -intentó aliviar la posición de Salinas el defensor de Biasi.
-Si, pero había que ver si estaba en la oficina o atendía el teléfono -contestó.
El fiscal Horacio Aberásturi contó que solo tuvo dos contactos con Salinas, que no participó de la investigación y recordó la forma en la cual los echó de la vivienda dónde hallaron a Sofía y los apartó del caso mientras se desenterraba el cuerpo. Finalmente, declaró la fiscala Ivana Hernández, que estaba con licencia por maternidad cuando ocurrió el hecho.

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