Para el ex ministro de Economía la “crisis lamentablemente no terminó” y planteó una “segunda mitad de año muy compleja”. Habló de pérdida de empleo y un nivel de producción negativo. “Los resultados de Kicillof son malísimos”, dijo
El ex ministro de economía de Néstor Kirchner, Roberto Lavagna, planteó un 2014 complicado. “Este es un tobogán que comenzó en 2007, ahí estábamos en la parte de arriba; hoy, en 2014, estamos llegando a la parte de abajo”, dijo como ejemplo para explicar la situación en la que se encuentra el país.
“La crisis lamentablemente no terminó, en general en la Argentina hay una tendencia de ver en el cortísimo plazo, pero este proceso comenzó en 2007. Entre 2007 y 2011 hubo una baja de 9% a 4% en el crecimiento y a partir del 2011 bajó a 1.5 por año”, explicó el economista.
Para Lavagna este proceso de freno “no es algo que haya comenzado hoy, simplemente se va a agravando y este año es posible que haya un nivel de producción negativo, una caída”.
“Lo que sí se ha atemperado fue una situación aguda en el mercado cambiario, con un programa conservador como el que hubiera recomendado el FMI”, destacó pero consideró que uno de los problemas presentes es quién va a pagar el ajuste y las consecuencias de los errores de la política económica del Gobierno. “Solo espero que no sean los trabajadores, los jubilados y las pymes”, agregó.
“La crisis lamentablemente no terminó”
En declaraciones a Radio Mitre, el ex funcionario ubicó en 5 por ciento la inflación del mes de febrero, lo que representa un acumulado en los primeros dos meses del año del orden del 10%. “A nivel oficial ya hay nuevamente una discusión entre los que quieren mantener un índice más o menos creíble y los que quieren volver a la política del engaño”.
Para Lavagna, cuando el gobierno habla en principio de aumento de sueldos del orden del 15%, y después los corre al 22%, con una inflación del 35% anual, “el Gobierno está diciendo, sin ser explícito, que serán los trabajadores y los jubilados quienes paguen los errores”.
Ante este panorama semirecesivo, uno de los factores que le preocupa es el empleo. Aunque señaló que el problema no es de ahora, admitió que en los últimos años “se agravó”. “Hace ya tres años que no se crea empleo en el sector privado; había indicios fuertes, pero a medida que se acumulan los desordenes y se cae en el nivel de actividad e inversiones, la cosa se agrava y se comienza a hablar de despidos“.
Uno de los sectores que según Lavagna está más complicado es el automotriz. “Habrá caída en el nivel de producción, ahí no hay dudas, salvo que haya un cambio fuerte en la política del gobierno”, consideró.
“La inflación de febrero es del orden del 5%”
“Si bien la devaluación podría haber beneficiado a algunos sectores, en realidad no lo pueden aprovechar porque no tienen horizonte. El Gobierno viene indicando que va a tratar de mantener el valor del dólar en 8% y una inflación promedio del 3% en los próximos meses, pero ese efecto de la devaluación es comido por la inflación y en consecuencia no tiene horizonte como para hacer ofertas y salir a competir en los mercados”.
Este panorama llevó a Lavagna a pronosticar “una segunda mitad del año muy compleja”. Encendió así la alarma también por los costos de las industrias. “La inflación anual de los precios mayoristas está en el orden del 47%; a este ritmo se les anula la devaluación de enero y en consecuencia, pasado el tiempo del ingreso de dólares de la cosecha, entre otras cosas, vuelve a aparecer una presión muy fuerte como la que vivimos hasta ahora”.
Para el ex ministro kirchnerista hay un claro mensaje de contracción económica, el problema está en ver qué medidas aplica el gobierno nacional para sortearlos. “El tema es quién va a pagar el ajuste: ¿son los salarios o hay otros recursos a los que se pueden recurrir?” se preguntó.
Lavagna consideró que “falsear las estadísticas de crecimiento” es una opción. “Es posible que el país tenga que pagar unos 3.5 millones de dólares por el cupón del crecimiento; todas las consultoras coinciden que en 2013 no se llegó al límite legal como para hacer ese pago. El Gobierno ignora esto, porque necesita decir que se ha crecido y se va a terminar pagando a quien no se debe pagar”.
“Los resultados de Kicillof son malos, son malísimos”
Otro ejemplo del mal uso de los recursos, dijo, son “los gastos en publicidad, los sobrecostos de la obra pública”. “Hay enormes bolsones de ineficiencia, del mal uso de los recursos públicos a los cuales hay que recurrir en lugar de recurrir a la baja de los sueldos”.
Aunque prefirió no opinar sobre la figura del ahora ministro de Economía, Axel Kicillof, su antecesor cuestionó las políticas aplicadas en su gestión. “Los resultados son malos, son malísimos; este es un tobogán que comenzó en 2007, ahí estábamos en la parte de arriba, hoy, en 2014, estamos llegando a la parte de abajo, no ha habido ningún cambio”.
Al ser consultado sobre el freno a la cotización del dólar en el mercado paralelo, Lavagna atribuyó el logro al flamante presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega. “El freno a la corrida fue más por la decisión del Central que por Kicillof”, sentenció.
Lavagna admitió que “gobernar no es fácil” y “se trata de hacer opciones y uno tiene que optar entre a lo mejor molestar a algún inversor, incluso muy cercanos al gobierno, o perjudicar a los trabajadores y los jubilados del país”. “La ortodoxia propone bajar salarios, pero uno va a tener que ver qué prefiere y ver a quién va a cargarle el costo de los errores”, añadió.
“La falta de confianza no es sólo del exterior también es local”
Sobre la apuesta del gobierno nacional de lograr plata fresca del exterior a partir del segundo semestre, Lavagna opinó que no será fácil. “Hay banqueros internacionales que prácticamente han golpeado la puerta para prestar plata -hablamos de 10 mil millones de dólares, una suma irrelevante- porque las tasas que Argentina está pagando son las más altas del mundo; más de dos veces lo que paga Bolivia, por ejemplo”.
“Ellos dicen ‘hagan aunque sea cosmética’, para justificar que le prestamos plata”. Para el ex funcionario el acuerdo con Repsol es parte de la cosmética para volver a conseguir crédito aunque para recuperar la confianza “falta”.
Para Lavagna “el problema inicial fue político” y recordó que de la crisis en 2002 se salió con una soja a 210 dólares la tonelada. Y aunque a partir de 2007 llegó a tener 600 dólares por tonelada, “todos esos recursos que le brindaban al país una oportunidad para continuar con el crecimiento, se desperdició por decisiones de orden político”.
“Hoy ya es un componente político, pero también de orden económico porque hay déficit comercial y el tipo de cambio dejó de ser competitivo; la falta de confianza no es sólo del exterior, también es local. Ante la incertidumbre, todos optan por proteger su capital”, concluyó.
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