El hijo de la dueña de casa había tenido un altercado a la salida de un boliche en el centro. Los disparos dieron en el frente y algunos en el interior de la vivienda. La policía secuestró nueve vainas servidas.
Una vivienda ubicada sobre la calle Chile 334, en el barrio Villa Santillán de esta ciudad, recibió durante la madrugada de ayer varios impactos de bala disparados con una pistola 9 milímetros en el marco de un supuesto “ajuste de cuentas”, según confirmaron a "La Pampa, ahora" desde la Seccional Tercera.
La casa pertenece a una docente jubilada y el motivo del ataque tendría que ver con un altercado que un hijo de la mujer (que no vive con ella) tuvo con otra persona a la salida del boliche “General Lee”.
El ataque habría ocurrido entre las 6 y las 6.30 de la madrugada. A esa hora la mujer escuchó detonaciones de arma de fuego, pero recién constató lo que había pasado en su casa cuando se levantó a las 8 de la mañana.
Cuando llegó la policía, se encontraron nueve vainas servidas de calibre 9 milímetros en el lugar. Varios impactos habían dado contra el frente, pero otros habían llegado a una habitación y al living tras atravesar las ventanas.
Los investigadores consultaron al hijo de la dueña, un muchacho de 27 años que no vive en el lugar. Y el joven reconoció que a la salida del boliche había tenido un altercado con “una persona del ambiente delictivo” por una vieja rencilla. Ambos se conocen y, según las fuentes policiales, “la historia cerraría”.
Por eso es que los uniformados realizaron un allanamiento en la casa del sospechoso, de 22 años. En un domicilio del barrio Fonavi 42 registraron en búsqueda del arma, pero no la encontraron. Tampoco estaba allí el imputado. También requisaron un auto, pero no encontraron nada.
“El muchacho dice que cuando salió del boliche se encontró con esta persona, y que le empezó a tirar golpes por una antigua diferencia. Pero que no pasó a mayores y la otra persona se fue del lugar. Suponen que después de ahí vinieron los disparos”, aseguró a "La Pampa, ahora" una fuente de la Seccional Tercera.
Auto robado
Una mujer de 34 años denunció el robo de su auto, un Renault Clío color bordó, luego que le robaran las llaves del mismo en un local nocturno del centro de Santa Rosa.
La mujer hizo la denuncia sobre el mediodía de ayer en la Seccional Tercera. Dijo que entre las 4.15 y las 4.30, en el boliche V8, le robaron de la cartera su teléfono celular, la billetera y las llaves del auto.
Cuando salió del lugar, cerca de las 6.20, lo vio estacionado donde lo había dejado, sobre la calle Pellegrini entre San Martín Oeste y 9 de Julio. Se fue a su casa con la intención de volver a buscarlo al mediodía, cuando pudiera hacerse de una copia de las llaves. Pero cuando regresó a esa hora, el auto ya no estaba.
Se trata de un Clío bordó de tres puertas, modelo 2010. La patente es IXS 970, tiene llantas cromadas y un polarizado tenue en los vidrios. La policía emitió un alerta a todas las dependencias de Santa Rosa y a los puestos camineros de la provincia.
Otros hechos
Entre las 21.30 del sábado y las 2.55 del domingo, desconocidos ingresaron a una vivienda de la calle San Pablo, en el barrio Los Fresnos, y se llevaron una moto Corven, una notebook, un LCD de 24 pulgadas y un casco. Habían forzado la reja de una ventana.
Antes, entre las 19 y las 20 horas del sábado, de una vivienda en la calle Quemú Quemú al 3.000 se habían llevado un LCD de 32 pulgadas.
Durante la madrugada hubo varios hechos en el centro de la ciudad. A las 3.20, el sereno de un local de la avenida Luro observó a un muchacho que estaba tanteando las puertas de los autos. Avisó a la policía y lo demoraron, acusado de tentativa de hurto. Durante la mañana del domingo el joven de 27 años fue liberado.
A las 4.40, otro muchacho de 27 años fue demorado en la calle Avellaneda -casi 9 de Julio- luego de que a través de las cámaras de seguridad del CECOM fuera observado intentando robar una moto.
A las 5.15, un joven fue demorado a la salida de La Morocha por causar disturbios. Y a las 6.30, un chico de 18 años fue arrestado luego de que rompiera una de las vidrieras de la confitería La Capital.
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