SE RESTRINGE INGRESO DE DÓLARES POR UNA
MEZCLA CON HARINA DE SOJA.
Nuevamente se produce una distorsión en los mercados, por una norma que permite cobrar un menor impuesto o derecho de exportación a las producciones de harina soja y maíz, si van mezcladas como alimentos balanceados para animal. Al crearse una norma específica por la cual se respalda esta ilusión impositiva, se está favoreciendo a un número de exportadores desconocidos por la opinión pública, porque no hay información on line para hacerlo.
Pérdidas por más de 120 millones de dólares ocasionó al Fisco, en los primeros seis meses del año, la exportación de una mezcla molida obtenida a partir de granos de maíz y harina de soja, que aprovecha derechos de exportación sensiblemente inferiores con respecto tanto al maíz como a los subproductos de soja.
Los ingresos fiscales perdidos, que ocasionan además un desequilibrio en el comercio exterior, equivalen a 694 millones de pesos, los que representan el 28,5 % del aporte del Estado ($ 2.439 millones) para financiar, según se anunció ayer, la mejora en las asignaciones familiares y la deducción especial que evita el pago del Impuesto a las Ganancias a los trabajadores.
Si se confirmara la tendencia y se duplicara en lo que resta del año el incremento de las exportaciones de la mezcla, usualmente destinada como alimento animal balanceado, aquella erogación fiscal conocida en la víspera podría ser cubierta en algo más del 50 % por lo ingresos potenciales obtenidos por los derechos de exportación de este producto.
La mencionada mezcla, que usualmente contiene 5% de maíz y 95% de harina de soja, tributa un derecho de exportación del 5%, mientras el maíz aporta el 20 % de su precio y la harina de soja, el 32 %.
Si ese producto estuviera gravado con un derecho de exportación similar a la harina de soja (32%), el monto por retenciones de los seis primeros meses de 2013 debió haber sido de casi U$S 150 millones aproximadamente, en tanto se habría tributado sólo U$S 20 millones, por lo que la pérdida fiscal habría sido de U$S 130 millones.
Como consecuencia, sólo en el primer semestre del año se exportó de esa mezcla algo más de un millón toneladas cuando durante todo el año 2012 se embarcaron unas 900 mil toneladas y en 2011, un poco más de 500 mil toneladas.
“Si se proyectaran los primeros seis meses de exportación a todo el año y calculásemos una simple duplicación –en realidad, se podría producir una explosión de ventas al exterior de esta mezcla por varios millones de toneladas-, el aumento sería de 127 % con respecto al año pasado y de 258 % en comparación con 2011,” evaluó un analista del sector.
Fuentes del sector señalaron que varias empresas habrían recibido importantes pedidos de cotización por este producto, por lo que se prevé que, de mantenerse la actual situación, las exportaciones ascenderán en breve a varios millones de toneladas, agravando la pérdida comparada de ingresos por retenciones a la exportación.
Los principales destinos de este producto son Chile, Vietnam, Cuba, Holanda, Nueva Zelandia, Uruguay, Hong Kong, Singapur, Indonesia, Marruecos, Filipinas, Malasia y Taiwán.
Esta situación me hace acordar a un hecho similar que ocurrió hace un tiempo con la harina pre-mezcla para exportar, que se le agregaba sal a la harina y por este motivo recibían un beneficio fiscal desmedido que termino siendo cuestionado por los mismos compradores. Los molinos involucrados tuvieron que discontinuar dicha exportación, porque provocaron una distorsión en el mercado y un sacrificio fiscal muy grande al estado, sin la contraprestación de un mayor agregado de valor que lo justificara, usado solamente por empresarios amigos del gobierno.
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