Un trabajador rural denunció que fue detenido y golpeado por efectivos de la dependencia policial de Vértiz, acusado por un robo ocurrido en la zona. Luego de recuperar la libertad, tras comprobarse que no poseía antecedentes, arremetió contra el vehículo de uno de los uniformados que lo atacó. “Me dejaron como un delincuente”, se quejó.
Un empleado rural fue demorado por efectivos policiales de la localidad de Vértiz, por su supuesta participación en el robo de un televisor y otros elementos. El trabajador, sin antecedentes y con excelente reputación en la zona, denunció que fue brutalmente golpeado por dos uniformados, mientras otros dos le achacaban ser “delincuente”, confundiéndolo con otra persona. Lo liberaron luego de que no se reuniera ningún elemento que lo vincule al hecho y el operario rural, preso de un ataque de furia, embistió y destrozó el auto de uno de los policías que lo golpeó, lo que derivó luego en una persecución.
El hecho ocurrió la semana pasada y solo trascendió en muy pocos medios, donde la “versión policial” apuntó al esclarecimiento de un robo en zona rural y la demora de un hombre “sin antecedentes”.
En nuestro caso nos entrevistamos con Sergio Agustín Polvarán, el trabajador rural demorado, que denunció en Fiscalía haber sido golpeado por la Policía.
En nuestro caso nos entrevistamos con Sergio Agustín Polvarán, el trabajador rural demorado, que denunció en Fiscalía haber sido golpeado por la Policía.
Según relató el denunciante, la historia comenzó el viernes17 de abril cuando salió del campo donde realiza tareas de mantenimiento rumbo a Ojeda, para cenar con sus suegros y su familia. En el camino lo paró una patrulla rural, que revisó su camioneta y permitió que siguiera camino al indicarle quién era y hacia dónde iba.
Lo que Polvarán desconocía, hasta ese momento, es que desconocidos habían robado días atrás en el campo “El Abuelo”, lindante al predio donde él trabaja, y la Policía había hallado en la misma calle vecinal donde fue interceptado por la patrulla- un viejo televisor, parte del botín.
Presionado
El martes 21, la Policía de Vértiz lo fue a buscar al campo y le pidió “hablar por un tema en la Comisaría”, a lo que Polvarán accedió, pero si viajaba en su camioneta. Una vez en la dependencia policial comenzó la pesadilla, según definió el trabajador. El inspector Cortez, a cargo de la Comisaría, comenzó a presionarlo para que se haga cargo del robo, advirtiéndole que le diría a sus patrones “que sos un chorro”.
Presionado
El martes 21, la Policía de Vértiz lo fue a buscar al campo y le pidió “hablar por un tema en la Comisaría”, a lo que Polvarán accedió, pero si viajaba en su camioneta. Una vez en la dependencia policial comenzó la pesadilla, según definió el trabajador. El inspector Cortez, a cargo de la Comisaría, comenzó a presionarlo para que se haga cargo del robo, advirtiéndole que le diría a sus patrones “que sos un chorro”.
Le recordaron una y otra vez que tenía “antecedentes”, algo que los mismos uniformados admitieron luego que no era así, mientras que le preguntaban por su hermano “Pablo, el chorro”, cuando Polvarán insistía en que no tenía ningún hermano con ese nombre.
El operario de máquinas fumigadoras fue ingresado a la celda y horas más tarde fue retirado, cuando ya había dos policías más, uno de ellos identificado como “el encargado de Abigeato”. Los policías continuaron con las presiones, hasta que uno de ellos se ubicó de frente y dos a los costados, que lo tomaron de los brazos, y comenzaron los golpes en el abdomen y los testículos.
“El que me pega primero es el petiso encargado del destacamento (por Cortez) y otro más mayor, de pelo blanco, mientras que el de Abigeato lo que hacía era ofenderme, tratarme de chorro, de golpeador de mujeres, malandra, que mi familia eran chorros”, indicó Polvarán.
Según indicó el trabajador, el único “argumento” en su contra fue que lo vieron “merodeando en la zona”, cuando en realidad viajaba a comer un asado en Ojeda.
Trasladado
Horas más tarde lo sacaron esposado de la Comisaría, “con todo el pueblo que me conoce mirando qué pasaba”, para trasladarlo a General Pico, donde le insistieron una y otra vez que allí estaba “fichado”. En realidad, “la ficha”, que siempre Polvarán negó, se trataba del “certificado de buena conducta” obligatorio que el trabajador debió gestionar en una Comisaría de Pico, para tramitar el carné profesional. Cabe aclarar que en Pico Polvarán no fue formalizado por la Justicia, tal como trascendió desde la Policía.
Trasladado
Horas más tarde lo sacaron esposado de la Comisaría, “con todo el pueblo que me conoce mirando qué pasaba”, para trasladarlo a General Pico, donde le insistieron una y otra vez que allí estaba “fichado”. En realidad, “la ficha”, que siempre Polvarán negó, se trataba del “certificado de buena conducta” obligatorio que el trabajador debió gestionar en una Comisaría de Pico, para tramitar el carné profesional. Cabe aclarar que en Pico Polvarán no fue formalizado por la Justicia, tal como trascendió desde la Policía.
El demorado fue regresado a Vertiz y llevado luego a la Posta Sanitaria, para constatar supuestamente que no tenía lesiones y más tarde le hicieron firmar su libertad y le indicaron “tomátela”.
Polvarán salió, se comunicó con su patrón y su esposa para avisarles que estaba en libertad y que lo habían “recagado a trompadas”.
Polvarán salió, se comunicó con su patrón y su esposa para avisarles que estaba en libertad y que lo habían “recagado a trompadas”.
“Yo salí muy mal, me sentía usado, ultrajado, de la peor forma que se la puede tratar a una persona, porque ningún policía que hace cinco meses que está en el pueblo me puede ensuciar lo que yo construí con toda una vida de laburo”, recordó el fumigador.
“Subí a la camioneta, me nublé, di vuelta a la plaza y choqué el auto particular del policía (Cortez) que me golpeó”, relató Polvarán a nuestro medio. Y señaló que, tras destruir el Ford Fiesta y subirlo a la vereda, recorrió unos 70 metros y detuvo la marcha, donde indicó que “me di cuenta cómo había quedado el auto y los policías que salían de la Comisaría, y ahí vi que me convenía irme”.
Refugio
El operario rural, conocedor de la zona, huyó en su camioneta y le perdió el rastro a los policías que lo persiguieron durante varios kilómetros. Pero el rodado de Polvarán se quedó sin combustible y ahí decidió continuar su escape “cortando campo a pie”, hasta guarecerse en las instalaciones de un predio de la zona. Allí fue descubierto por los dueños del lugar, quienes lo reconocieron y escucharon su historia, y a pesar del riesgo de tener a un prófugo, decidieron trasladarlo hasta Pico.
Refugio
El operario rural, conocedor de la zona, huyó en su camioneta y le perdió el rastro a los policías que lo persiguieron durante varios kilómetros. Pero el rodado de Polvarán se quedó sin combustible y ahí decidió continuar su escape “cortando campo a pie”, hasta guarecerse en las instalaciones de un predio de la zona. Allí fue descubierto por los dueños del lugar, quienes lo reconocieron y escucharon su historia, y a pesar del riesgo de tener a un prófugo, decidieron trasladarlo hasta Pico.
Polvarán “se escondió” por algunos días en otra localidad del norte, hasta que se contactó con un abogado y viajó a Pico para radicar la denuncia por apremios en Fiscalía. El médico forense constató las “lesiones leves” y la causa está en manos de la fiscala Ana Laura Ruffini (foto). Por otra parte, los uniformados lo denunciaron por los “daños” causados en el auto de Cortez.
“Esto a mí me cambió la vida, ahora estoy todo el día mirando para atrás”, indicó Sergio Polvarán. Y explicó en su defensa sobre el robo que “yo fumigo para una empresa que trabaja en alrededor de 20 campos, de los que tengo la llaves de todos los campos y conozco todos los movimientos y sé perfectamente qué tienen en cada lugar. Si anduviera en la mala, no me robaría un televisor viejo. Me conoce un montón de gente, frente a la que me dejaron como un delincuente”.
Nota del Director: Los funcionarios policiales deben de ser, formalizados con un sumario administrativo, para investigar correctamente las responsabilidades de los involucrados y, luego de corresponder, iniciar los correspondientes actos penales. Es vergonzoso, para la fuerza policial que, se manche su nombre con actos tan viles, indignos de funcionarios que, son los responsables de mantener el orden.-
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