La aviación agrícola no sólo se ha ido convirtiendo en una herramienta clave dentro de la producción, por su capacidad de actuar en forma rápida, eficaz y en lugares inaccesibles para vehículos terrestres, sino que además cuidan el medio ambiente.
Esto es posible, entre otros factores, porque las mismas requieren menos agua que una maquina terrestre, no pisan el cultivo, mejoran el rendimiento de la producción de granos con menos insumos, no diseminan enfermedades a los lotes linderos y no producen compactación, evitando labores posteriores que consumen combustible.
Las aplicaciones aéreas son un componente indispensable de la agricultura intensiva, que exige elevada productividad y sustentabilidad en una superficie de producción limitada que genera beneficios al medio ambiente al contribuir al máximo rendimiento de los cultivos, en el menor número de hectáreas utilizadas. Asimismo, las aplicaciones son sustentables a largo plazo, lo que permite que pueda trabajarse durante muchos años y muchas generaciones.
Además, este mayor cuidado lleva a que las empresas aeroagrícolas sean más responsables socialmente con las comunidades locales, demostrando que son profesionales serios y comprometidos.
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