El flamante diputado del Pro quiso saber por qué en continúa declinando el cultivo en su provincia. Pasó de 600 mil a 240 mil hectáreas.
Durante la visita de Jorge Capitanich a la Cámara baja, uno de los bloques que más preguntas formuló sobre temas puntuales del sector agropecuario fue el del Pro. Entre los legisladores que manifestaron sus dudas está el ex defensor de Boca, Carlos Mac Allister.
El flamante diputado pampeano interrogó a Capitanich acerca de las vicisitudes que sufre el girasol en La Pampa. “En 1997, la provincia de La Pampa cultivaba 600 mil hectáreas de girasol. Hoy se cultivan 240 mil hectáreas, es decir, un 60 por ciento menos”, explicó Mac Allister.
El diputado pampeano aseguró que el “gobierno, que dice ser federal y que trata de proteger a las economías regionales, nos ha perjudicado muchísimo mediante la aplicación de las retenciones del 32%”.
La respuesta de Capitanich desvinculó los derechos de exportación a la retracción del cultivo. Un tema que conoce, dado que el Chaco es otra de las provincias girasoleras. El Jefe de Ministros aseguró que “no necesariamente puede asociarse el tema de la ampliación o reducción de superficie al de las retenciones”.
Las tres provincias productoras de la oleaginosa son Chaco, La Pampa y Buenos Aires que es la más importante. “En cambio las dos primeras compiten conforme a la realidad desde el punto de vista climático”.
Chaco “tiene alta volatilidad desde el punto de vista de la producción del girasol, porque está fuertemente asociada al régimen de lluvias. El año pasado hemos tenido un nivel de producción muy importante, pero también hemos tenido un nivel de superficie sembrada que superó justamente a La Pampa. A veces cae a 57 mil hectáreas y en otras ocasiones aumenta a 380 mil, siempre dependiendo del factor climático”, precisó el Jefe de Gabinete.
Capitanich admitió que en materia de retenciones “puede ser asociado o no” a la menor producción de girasol, “pero también hay una cuestión que tiene que ver con los precios”, remarcó.
“El precio del girasol es muy importante y se puede ver afectado, del mismo modo que el conflicto internacional entre Ucrania y Crimea tiene impacto desde el punto de vista del precio del trigo, independientemente de las cuestiones vinculadas con los niveles de rotación de los cultivos con el sector agropecuario”, indicó el chaqueño.
Pero lo concreto es que “no existe por parte del Estado ninguna modificación desde el punto de vista de la política de retenciones”, aseguró el funcionario. Más allá de la opinión que pueda tener el Ministerio de Agricultura a quien aseguró se trasladará la inquietud, “gran parte de la superficie sembrada de girasol depende mucho del clima y también del precio y de su impacto desde el punto de vista de la rentabilidad del productor”, concluyó Capitanich.
Precisamente el precio y la rentabilidad del productor están directamente ligados a los derechos de exportación. Pero sobre eso no se manifestó el Jefe de Gabinete. De todos modos, la serie del cultivo de girasol entre 1970 y 2013 muestra que la superficie sembrada en La Pampa comenzó a declinar mucho antes que aparecieran las retenciones.
Las 638.900 hectáreas sembradas en la campaña 1998/99 se redujeron drásticamente en un 50% dos años más tarde, cuando en la campaña 2000/01 se sembraron 321 mil hectáreas de girasol pampeano, entonces tampoco existían los derechos de exportación, salvo el famoso 3,5% establecido para beneficiar a las aceiteras.
Según datos del Ministerio de Agricultura consultados por El Enfiteuta, la superficie sembrada ya durante la aplicación de retenciones en la campaña 2005/06 cayó en La Pampa a poco menos de 300 mil hectáreas. Pero no habría subido nuevamente un 45% la siembra en la campaña 2008/09, si la razón principal de su retracción eran los derechos de exportación, como lo muestra el gráfico.
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