En la actualidad, tanto en bovinos como ovinos se está estudiando con profundidad la importancia de la alimentación en el ganado, ya que es un factor esencial para los requerimientos del animal.
Una buena alimentación garantiza una alta producción, ya sea de carne como de leche. Por este motivo, en las universidades, organismos y asociaciones de investigación están estudiando todo lo relacionado a mejorar la eficiencia de conversión del alimento al producto final.
En estos rubros es común encontrar esta técnica en bovinos u ovinos, aunque todavía a aquellos no familiarizados les causa un asombro el hecho de que los animales “tengan un agujero en el cuerpo”.
Infocampo trae la información del motivo por el cual investigadores utilizan esta técnica y detalla a la vez qué reacciones provoca en la sociedad.
¿De qué se trata la técnica?
La “fistulación en rumiantes” es una técnica que se utiliza básicamente para evaluar la digestibilidad de los alimentos. Países lo utilizan con el objetivo de entender la alimentación y así poder reducir costos y aumentar la producción de leche y carne.
Aunque su práctica es una importante ayuda para la evaluación nutritiva de los alimentos en los bovinos, su aplicación en la mayoría de los establecimientos ganaderos es nula. Se suele encontrar casos en universidades o en asociaciones de investigación.
Se utiliza una cánula que sirve de apertura permanente en el rumen para “solucionar sus problemas digestivos”, para determinar si la dieta suministrada a los bovinos u ovinos cumple con los requerimientos necesarios.
“Después de que la vaca come, el productor revisa la cánula, saca una muestra y revisa la digestibilidad de las partículas, cómo están moviéndose las bacterias y si lo ingerido por el animal en realidad lo están transformando. Es una práctica positiva para evaluar la digestión”, indicó el Med. Veterinario Vásquez Vargas.
Resultados de investigaciones
En el marco de un estudio realizado por el INTA, titulado “Fístula esofágica en ovinos: técnica quirúrgica y cuidados pre y post operatorios“– por Pueyo, J.M., Robles, C.A. y Olaechea -, se realizaron fístulas esofágicas en 12 capones Merino “con el fin de ser utilizados en la determinación de la composición botánica y el valor nutritivo de la dieta de ovinos en pastizales naturales, y además poder determinar el grado de contaminación de los pastos por larvas de parásitos”.
“Con el animal en decúbito lateral derecho, previa aplicación de un tranquilizante, se infiltró localmente con una solución anestésica y se realizó una incisión en piel de 5 cm de longitud en la cara lateral izquierda del cuello, tercio medio hacia ventral. Por divulsión se abordó el esófago y tras su incisión, se fijaron sus bordes a la piel mediante la aplicación de 10 puntos con catgut 000”, detalló el informe. Asimismo, indicó que “la cánula utilizada se compone de dos piezas similares opuestas, realizada en acrílico de uso odontológico”.
Como resultado, se obtuvo un 50% de animales aptos para el muestreo, y se consideró que la técnica descrita “es adecuada, ya que con ésta y un eficiente cuidado post operatorio para lograr una buena cicatrización, se logró un porcentaje de éxito”.
Otro estudio reconocido denominado “Uso de la fístula ruminal en las ciencias animales: Estudio de caso“, elaborado por el Departamento de Ciencias Animales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, señaló que “las vacas canuladas han mostrado una recuperación positiva y han sido integradas a un proyecto FONDECYT (N° 11121142) en donde se están probando diferentes fuentes de lípidos como suplemento de dietas de vacas en periodo seco y se están tomando muestras de fluido y contenido ruminal”.
“Esto nos da una ventaja sobre otras técnicas al obtener una muestra representativa libre de sesgos e indoloro para el animal una vez ya instalada la cánula, lo que permite hacer muestreos o ingresar dispositivos de manera repetitiva y a largo plazo, sin ser necesario estresar al animal como ocurre con la sonda oro-ruminal o la ruminocéntesis, donde a su vez, ésta última no permite la obtención de contenido sólido del rumen”, remarcó el informe.
La otra cara de la moneda
Asociaciones ambientalistas y protectoras del bienestar animal no concuerdan con estas técnicas realizadas en los animales.
Un seguidor de la organización PETA (People for de ethical treatment of animals) publicó lo siguiente al respecto:
“La mutilación, abertura e impedimento de cicatricación y cierre que permite dicha enorme fístula llega a ‘animar’ a los participantes en las ferias de ganado a que metan la mano por ella para tocar los intestinos del animal. La gente que consumimos productos en los que supuestamente no deben dañarse animales desconocemos que, aunque no se les mata, realmente sí se les causa algunos tipos de daño realmente horripilantes; todo, precisamente, por razones de la gran demanda y superproducción para atenderla, dejando el mínimo bienestar del animal en un plano despreciable. Los veganos sí conocen que detrás de toda producción proveniente de un animal, hay un trato inhumano, cruel y carente de la más elemental empatía”.
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