La controvertida situación política en Santa Isabel dio ayer un nuevo paso cuando el Concejo Deliberante, en una sesión especial, decidió la destitución de la intendenta Marta Paturlanne. La jefa municipal no concurrió al recinto y envió como defensa a las imputaciones solamente una nota sin acompañar otra documentación. Tras la larga sesión, el viceintendente Guillermo Farana asumió la intendencia. Una importante cantidad de personas siguió la reunión bajo una copiosa lluvia.
Las y los habitantes de Santa Isabel fueron atónitos testigos de un hecho político que marcará la historia: la destitución, vía administrativa, de una intendenta. La resolución fue por el camino adelantado por el mismísimo gobernador Sergio Ziliotto al ser consultado sobre el tema: «están funcionando las instituciones».
Inusitada convocatoria.
Lo que venía sonando se cumplió ayer en una tensa sesión. Varias horas antes del inicio hubo presencia de grupos de vecinas y vecinos en la plaza central. Uno en apoyo a la intendenta y otro a los concejales que se manifestaron por la destitución. Todo el sector estuvo controlado por personal policial que, incluso, fiscalizó el ingreso al recinto.
El interés por la resolución de este diferendo político, que lleva un año, creció a niveles insospechados en los últimos días. No solo en Santa Isabel, sino en la zona y en toda La Pampa. Pero en el pueblo el tema ganó cada hogar y repercutió en las redes sociales, donde vecinas y vecinos accedieron a información y a las convocatorias que hicieron de uno y otro sector.
Como nunca, el recinto de sesiones deliberativas fue chico para dar respuestas a la inédita convocatoria que tuvo el tema a discutirse. Tal fue así que desde el CD debieron personalizar las autorizaciones para presenciar la sesión. Solo tenían su «pase» los integrantes del cuerpo, la intendenta Marta Paturlanne y sus asesores legal y contable; secretarios del cuerpo, periodistas, incluidos varios medios provinciales, y dos operadores de Internet y sonido.
Paturlanne no fue.
La intendenta Marta Paturlanne no asistió a la convocatoria que le había cursado el Concejo Deliberante para ejercer su derecho a defensa ante la imputación de graves irregularidades en su gestión. Agotadas las discusiones internas al ser aprobada la imputación, solo restó poner a consideración la destitución.
El escrito de Paturlanne fue presentado al Concejo por la edila María Elisabet Cabral. La justificación a las acusaciones fue aducir «falta de experiencia y desconocimiento de las obligaciones administrativas».
Posteriormente, el Concejo pasó a cuarto intermedio. En la continuidad de la reunión hubo una sola moción presentada por el concejal Ocejo, que fue consecuente con su informe de imputación a Paturlanne. El edil hizo una larga exposición y justificó cada una de las acusaciones.
La votación repitió las posturas de la anterior reunión. Los ediles María Elisabet Cabral y Fabricio Domínguez (ambos del PJ), expresaron su negativa; en tanto, los componentes del bloque de Cambiemos, Bibiana García y Bernardo Ocejo; y los justicialistas Guillermo Farana y Cristian Echegaray, levantaron la mano consagrando así la destitución de Marta Paturlanne. Los ediles pudieron expresar su vivencia sobre la situación y argumentar su voto.
Farana asumió de inmediato.
Luego de la sesión, el vicepresidente del Concejo, Bernardo Ocejo, le tomó el juramento a Farana. Mañana el Concejo Deliberante reacomodará los cargos. «Habrá un corrimiento», adelantaron. El edil Cristian Echegaray será el nuevo presidente del cuerpo y asumirá el concejal suplente de la lista del PJ.
Historia de desencuentros.
La situación de tirantez comenzó en marzo de 2020 tras el inicio de ese período de sesiones, donde por última vez se vio a la intendenta Paturlanne y al viceintendente Guillermo Farana sentados juntos en la misma mesa. Los chisporroteos entre ambos incluyeron hasta una denuncia penal por violencia de género que la jefa comunal le planteó a su compañero de fórmula tras una reunión por el tema de Internet, que la Justicia desestimó.
Promediando el año pasado, desde el Concejo comenzaron a sentirse voces de desagrado por la falta de comunicación de Paturlanne de sus actos de gestión, que impedían que el cuerpo fiscalizara. Esta situación llevó a los ediles a crear, por unanimidad, una Comisión Investigadora.
En noviembre la CI emitió un informe que llevó al CD a suspender a Paturlanne por «una actitud obstruccionista, reticente y tendiente a obstaculizar el ejercicio de las legítimas atribuciones del Concejo Deliberante en su tarea de control del Poder Ejecutivo». Un mes después la Justicia la repuso en el cargo. Pero el CD insistió y el 8 de noviembre, por mayoría de 4 a 2, le imputaron responsabilidad de una larga lista de irregularidades y fijaron su juzgamiento en una sesión especial a realizarse el 25 de marzo.
Esta semana, la intendenta Paturlanne desató una verdadera batalla legal. Volvió a accionar en la Justicia pidiéndole al juez de Primera Instancia de Victorica, Javier Trombicki, que interceda judicialmente y suspenda la sesión por ser arbitraria y plagada de irregularidades en su concepción. El magistrado se declaró incompetente en la cuestión de fondo y giró las actuaciones al Superior Tribunal de Justicia, pero amparó a la mandataria suspendiendo la reunión del CD.
Pero solo cuatro horas después, la Sala «C» del máximo organismo judicial provincial intervino de oficio y tras retar a Trombicki, revocó la cautelar dando curso a la sesión especial de juzgamiento a Paturlanne. Al día siguiente, los asesores letrados de la intendenta presentaron un «recurso de reconsideración» que fue rechazado por el STJ. «No se avizoran vicios manifiestos o arbitrariedades», sentenció, confirmando definitivamente la sesión especial que se desarrolló ayer y concluyó con el desplazamiento de la jefa comunal.
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