lunes, 9 de julio de 2012

La cadena aviar podría exportar U$S 840 millones


En los próximos diez años, la Argentina duplicaría las exportaciones de carne y huevos. Se estima que para 2020 las exportaciones de carne aviar pasarían de 300.000 a 630.000 toneladas y el consumo per cápita aumentaría un 60 por ciento. Las predicciones corresponden al INTA, de Pergamino.

Hoy, en el ciclo productivo, y en comparación con otras carnes, el productor obtiene un pollo terminado y listo para comercializar en un plazo mucho más corto. Según estudios de la Fundación Mediterránea y el INTA, en los próximos 10 años, el consumo global de carne aumentaría de los actuales 32 kilogramos de carne a 52 kilogramos per cápita.
Mario Bragrachini, coordinador del proyecto cosecha y poscosecha del INTA, insistió en que “agregar
valor a los granos y convertirlos en producto balanceado con posibilidades de que se transformen en carne bovina, porcina, caprina, aviar, leche y pescado, es la clave”. Además aseguró que “así llegaremos al año 2020 con 50 mil nuevos puestos de trabajo en la cadena aviar de carne y huevo”. La cría y reproducción de aves para consumo es una cadena productiva de gran rotación.
Durante 2011, la producción de pollos y huevos en la Argentina crecieron un 6,3
por ciento y 4 por ciento, respectivamente. En cuanto al consumo, la carne de pollo llegó a los 34,4 kilogramos anuales por persona y 218 huevos por habitante en un año. Claudia Gallinger, especialista en nutrición aviar del INTA Concepción del Uruguay, por su parte, remarcó la importancia de la nutrición integral de las aves debido a que el alimento representa el 70 por ciento del costo de la producción.
“Es fundamental que el productor conozca los valores nutricionales, proteína, cenizas, humedad, grasa, fibras, minerales e índices de estabilidad de la materia prima para poder realizar ajustes periódicos en la
alimentación”.
Por su parte, Zulma Canet, coordinadora del componente granja del INTA Pergamino, señaló que el agregado de valor a los productos de la avicultura servirá para recuperar la competitividad del sector.
En este sentido, la creciente preocupación de los consumidores por la salud y la inocuidad de los alimentos generan la necesidad de contar con productos de alto valor nutricional.
“Enriquecer la carne de pollo y el huevo con ácidos grasos Omega 3 nos permitió modificar el valor nutritivo de la carne de aves”, remarcó la coordinadora, quien puntualizó que este desarrollo permitirá mejorar
nutricionalmente la dieta del consumidor con resultados positivos para la salud.
Las diversas formas de industrialización del huevo “cabellos de ángel, en polvo, en barra” y de la carne de aves “pollos saborizados, pollos de exportación y tulipas de pollo” enriquecen a la industria, la impulsan y la
renuevan.

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