sábado, 26 de octubre de 2013

Policiales: Cuerpo hallado a la vera de la Ruta 9: Noguera confesó que mató a su hijastro


Leonardo Gabriel Noguera 2
El padrastro del joven hallado muerto en una ruta provincial aseguró que le aplicó un golpe de puño en la cabeza en el marco de una discusión, aunque aclaró que no tuvo intenciones de matarlo. La madre de la víctima contó una versión similar.
General Pico.- Leonardo Gabriel Noguera confesó que mató a su hijastro, Brian Enríquez, y que luego lo arrojó en un yuyal a la vera de la Ruta Provincial Nº 9, donde fue encontrado el 15 de agosto por empleados de Vialidad Provincial. Su testimonio fue refrendado por su pareja, Laura Martina Enríquez, quien no habría estado en su casa cuando ocurrió el hecho pero tomó conocimiento del mismo cuando regresó. A raíz del hecho se fue a Buenos Aires, donde estuvo durante más de un mes y fue encontrada por personal policial internada en un hospital en malas condiciones de salud.
Una fuente judicial confirmó la información que trascendió tras la declaración que realizó el imputado el viernes 11 de este mes ante la fiscala de la causa, la doctora Ana Laura Ruffini.
Noguera confesó haber cometido el hecho, pero sostuvo que no tuvo intención de matar a su hijastro, según contó la fuente policial. De acuerdo con el relato del imputado, en la vivienda donde convivían junto a la madre y los hermanos del chico se vivía un clima tenso, ya que la víctima se mostraba constantemente violenta debido a sus adicciones, manipulaba armas de fuego y en varias oportunidades los amenazó para que le entregaran dinero, con el que luego compraba estupefacientes.
Cansado de las actitudes del chico, a fines de julio mantuvo una discusión con Brian Enríquez en la casa, tras la cual le aplicó un golpe de puño en la cabeza que terminó causándole la muerte. El golpe fue en el sector izquierdo del cráneo, donde el menor de quince años de edad tenía una fractura que se produjo en un accidente en moto que sufrió en Buenos Aires a comienzos de año.

Confirmación

La declaración se condice con el informe del médico forense Juan Carlos Toulouse, quien tras la segunda autopsia informó que “el joven debió sufrir un fuerte golpe en la zona fracturada y aún no consolidada del cráneo, con el siguiente derrame hemático intracraneal, que desarrolló presión intracraneal y muerte por enclavamiento”.
En su testimonio, Leonardo Noguera aclaró que al momento del hecho se encontraba solo en la vivienda junto a la víctima y que su esposa se enteró cuando regresó al inmueble y él le contó lo ocurrido. Temiendo posibles represalias de los familiares del adolescente -por parte del padre-, quienes viven en Claypole (Buenos Aires), la pareja decidió ocultar el cuerpo y quemar los elementos pertenecientes al chico, por lo que el imputado arrojó el cadáver en un yuyal ubicado en la banquina oeste de la Ruta Provincial Nº 9, a la altura del kilómetro 31.
El pasado viernes la mujer del confeso homicida declaró también ante la fiscala Ruffini, donde habría realizado un relato similar de lo ocurrido. Dicho testimonio cobra mayor validez si se tiene en cuenta que desde que se fue a Capital Federal, poco después del hecho, no volvió a tener contacto con su pareja, que esperó a que apareciera para declarar y contar lo ocurrido, ya que temía que su pareja hubiera sido víctima de represalias de los familiares del menor.


Libertad para la madre

En base a estos relatos el defensor de ambos, el doctor Guillermo Constantino, pediría en la jornada de hoy una audiencia de re-examen de medida de coerción donde solicitaría la libertad de la mujer, ya que no participó del hecho. Si bien, de comprobarse sus dichos y los de su cónyuge, podría recaer sobre ella una acusación por “encubrimiento”, no podrá ser condenada ya que el Código Penal establece que están exentos de dicho delito las parejas, ya sean casadas legalmente o en situación de concubinato.
Diferente es la situación de Noguera, que sí podría recibir una condena por el hecho, pero posiblemente sea por “homicidio preterintencional” y no por “homicidio agravado por el vínculo”, carátula provisoria con la que se formalizó a ambos.

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