La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que un adulto debe dormir entre 7 y 8 horas para mantener un óptimo estado físico, emocional y mental. Así, menos de 7 horas contribuye a acelerar el deterioro cognitivo de forma gradual pero imparable.
Es impresionante la capacidad del cerebro para acumular datos, siguiendo un patrón de redes neuronales. Cualquier cerebro posee unos 100.000 millones de neuronas, cada una de las cuales establece hasta 50.000 contactos con sus células vecinas. Algunos aprovechan mejor que otros semejante maquinaria.
Hay quienes cuidan su cerebro mejor que otros. Sin embargo, hay quienes ponen en riesgo sus cerebros.
Por ejemplo, cada hora que reducimos de sueño, disminuye gradualmente nuestro rendimiento cognitivo global, según concluyó un equipo de investigadores de la Universidad de Duke (USA) y de la Universidad Nacional de Singapur, que publicó su trabajo en la revista Sleep.
El estudio evaluó a 66 adultos sanos mayores de 55 años a quienes sometieron a una evaluación neuropsicológica a la vez que utilizaron imágenes de resonancia magnética (permiten medir el volumen cerebral), para investigar los cambios en el cerebro asociados con el envejecimiento.
A todos los participantes se les realizó un cuestionario que registrara la duración del sueño durante el período del experimento.
“Cada hora de reducción del sueño al inicio del estudio aumentó la tasa de expansión anual de los ventrículos en un 0,59%, y la tasa anual de disminución en el rendimiento cognitivo global por 0,67% en los siguientes 2 años, después de controlar los efectos de la edad, el sexo, la educación y el índice de masa corporal”, afirmó Michael Chee, líder del estudio.
¿Qué significa? Que quienes habían dormido menos tenían una reducción en su volumen cerebral y una disminución en su desempeño cognitivo. ¿Cuáles son las consecuencias? Un envejecimiento más rápido del sistema nervioso.
Según las conclusiones del estudio, para los adultos, dormir 7 horas al día parece ser el equilibrio para un óptimo rendimiento cognitivo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que un adulto debe dormir entre 7 y 8 horas para mantener un óptimo estado físico, emocional y mental.
Así, menos de 7 horas contribuye a acelerar el deterioro cognitivo de forma gradual pero imparable.
La falta de horas de sueño tiene consecuencias muy evidentes durante el día. Por ejemplo,
> una tendencia a dormir a toda hora,
> cambios repentinos de humor,
> tristeza,
> irritabilidad,
> actitud pesimista, y
> aumento de estrés y la ansiedad.
> cambios repentinos de humor,
> tristeza,
> irritabilidad,
> actitud pesimista, y
> aumento de estrés y la ansiedad.
La falta de sueño durante varios días provoca, después del 3er. día sin dormir, hasta alucinaciones y locura temporal. Los estudios demuestran que las probabilidades de sufrir alguna enfermedad psiquiátrica aumentan un 40% cuando los problemas para dormir se vuelven crónicos.
A nivel fisiológico, la falta de sueño también repercute en la habilidad para procesar la glucosa, lo que puede provocar altos niveles de azúcar en la sangre y favorecer la diabetes o un aumento de peso.
También provoca la disminución de la temperatura corporal basal, responsable, entre otras factores, de laconstancia del ritmo cardíaco. Por lo tanto, en estas circunstancias pueden observarse arritmias o paradas cardio-respiratorias nocturnas.
Algo adicional que debe entenderse como muy importante: el sueño limpia la memoria a corto plazo y deja espacio para más información.
En este sentido, se ha demostrado que 1 noche sin dormir reduce la capacidad de asimilar conocimientos en casi 40%. Además de las pérdidas de memoria y recuerdos, la persona se vuelve más lenta y menos precisa; por eso, la falta de sueño puede provocar una alteración en el habla y dificultad para aprender, crear y resolver problemas.
También se han demostrado otras alteraciones importantes más a largo plazo:
> hiperalgesia o aumento de la percepción de dolor,
> temblores,
> envejecimiento precoz,
> agotamiento,
> trastornos gastrointestinales o aumento de probabilidad de contraer infecciones por afectación del sistema inmunitario.
> temblores,
> envejecimiento precoz,
> agotamiento,
> trastornos gastrointestinales o aumento de probabilidad de contraer infecciones por afectación del sistema inmunitario.
Respecto a la patología respiratoria y las repercusiones cardiovasculares ya mencionadas, los investigadores destacan que una persona con apnea de sueño tiene, en comparación con individuos sanos, el doble de probabilidad de morir en el curso de 10 años. Su riesgo de presentar hipertensión arterial y accidentes cerebro-vasculares se relaciona directamente con el grado y tiempo de evolución de los síntomas y la probabilidad de presentar un 2do. infarto de miocardio aumenta 23 veces.
Otro dato, en este caso muy positivo: hasta hace pocos años se pensaba que, durante la vida adulta, el cerebro no produce neuronas nuevas. “Durante mucho tiempo se pensaba que nacemos con un número determinado de células cerebrales, y que es imposible generar nuevas neuronas después de nacer”, recordó Jonas Frisen, delInstituto Médico Karolinska (Suecia).
Sin embargo, esta teoría no es cierta. En ese Instituto sueco se diseñó una técnica basada en la medición decarbono 14 para determinar cuántas células se generan al día en el cerebro humano.
Para llevar a cabo su estudio, publicado en la revista Cell, los investigadores, apelando a un procedimiento llamado espectrometría de masas, llegaron a la conclusión de que cada día se producen unas 1.400 neuronas nuevas en nuestro cerebro, y esta tasa va disminuyendo a medida que se envejece.
Otro estudio, también publicado en la revista Sleep, analizó los hábitos a la hora de dormir de 1.741 hombres y mujeres y concluyó que quienes dormían menos de 6 horas tenían un mayor riesgo de morir y bastaba 1 noche de sueño nulo para sufrir una pérdida de parte del tejido cerebral.
En base a algunos estudios sobre el tema, la web The Huffington Post recopiló algunos efectos de no dormir lo suficiente.
De acuerdo al trabajo, 1 noche después:
> Hay hambre en exceso y ansiedad. La falta de sueño se relaciona con la tendencia a comer en cantidades más grandes con un número mayor de calorías y carbohidratos. Igualmente, Ud. sería más propenso a elegir alimentos ‘chatarra’, aun cuando no tiene hambre.
> Hay más riesgos de sufrir un accidente. Según la Fundación Nacional del Sueño en Estados Unidos, dormir menos de 6 horas triplica la probabilidad de tener un accidente por conducir con sueño debido a los efectos en la coordinación ocular. Pero aún cuando Ud. no se encuentre detrás del volante, 1 noche sin dormir bien, lo hará más torpe.
> Hay menos atractivo físico. El estudio publicado por la revista Sleep determinó que los participantes en el experimento resultaban menos atractivos y con un aspecto físico más decaído. Otro estudio del Instituto Médico Karolinska, de Estocolmo, dice que la gente con aspecto cansado es considerada menos accesible. Con el tiempo este efecto empeora, pues la piel envejece.
> Aumentan las probabilidades de sufrir gripe. Un estudio realizado por la Universidad Carnegie Mellon explica que dormir menos de las 7 horas que plantea la OMS se asocia con un riesgo alto para contraer un resfriado. Por ello, un descanso propicia un sistema inmunitario fuerte.
> Hay pérdida del tejido cerebral. Pasar tan solo 1 noche sin dormir puede ocasionar pérdida del tejido cerebral, pues los niveles de la sangre de las moléculas cerebrales aumentan.
> Hay más emociones. Un estudio de 2007 de la Universidad de California y la Escuela Médica de Harvard usó resonancias magnéticas para demostrar que no dormir correctamente hace que las regiones emocionales del cerebro estén más activas en un 60%, una situación que propicia reacciones más descontroladas e inadecuadas.
> Menor concentración, más problemas de memoria. Estar cansado afecta la capacidad de concentración y, en cambio, lo pueden volver más olvidadizo. Esto puede dificultar el aprendizaje y la retención de conceptos.
> Aumenta el riesgo de derrame cerebral. La investigación de 2012 que publicó Sleep afirma que el riesgo de derrame cerebral aumenta para los adultos y los ancianos.
> Más probabilidades de obesidad. Además de consumir más calorías luego de no dormir bien por tan solo 1 noche, a largo plazo puede padecer de obesidad. De acuerdo con el análisis de Penn State, hormonas como la grelina y la leptina –que regulan el apetito- cambian sus niveles considerablemente.
> Puede incrementarse el riesgo de padecer algún tipo de cáncer. Un estudio realizado con 1.240 personas resalta que quienes habían dormido menos de 6 horas tenían riesgo doble de pólipos colorrectales, los cuales pueden ser malignos con el paso del tiempo. Además, otros estudios lo relacionan con el cáncer de mama.
> Diabetes. Un estudio del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades arrojó que dormir poco se relaciona con enfermedades crónicas como la diabetes tipo II y una menor sensibilidad a la insulina.
> Enfermedades cardiacas. Privarse del sueño se podría relacionar con una presión sanguínea elevada, obstrucción de las arterias y fallas cardíacas, de acuerdo a un estudio de Harvard Health Publications.
> Disminuye el número de espermatozoides. De acuerdo a un estudio publicado en el American Journal of Epidemiology, el 29% de los jóvenes que confesaron sufrir alteraciones del sueño tenía menos concentración de esperma en su semen.
> Se incrementa el riesgo de morir. Un estudio publicado en Sleep, que analizó los hábitos a la hora de dormir de 1.741 hombres y mujeres, concluyó que quienes dormían menos de 6 horas corrían un mayor riesgo de muerte.
¿Cómo cuidar el cerebro? Aquí algunos tips a tener en cuenta:
1. Comer lo mínimo imprescindible, mantiene al cerebro joven: Una molécula llamada CREB1, que se activa cuando la dieta es restrictiva, pone en marcha a genes ligados a la longevidad y al buen funcionamiento del cerebro.
2. Tanto lo que se registra como éxito como lo que se registra como fracaso, activan el cerebro: Las señales que se generan en el cerebro en ambos casos no se procesan en una zona restringida de la corteza cerebral. Las conexiones neuronales en estos casos se extienden prácticamente por todo el cerebro, según revela un estudio de la Universidad de Yale que publicó la revista Neuron. Por lo tanto, hay que aprender a procesar la información para equilibrar las emociones.
3. Vitamina B12, de lo contrario el cerebro encoge: El pescado, la carne, la leche y los huevos son las principales fuentes de vitamina B12, también conocida como cobalamina. Una falta de esta sustancia en la dieta puede hacer que el cerebro pierda células cerebrales y desarrolle problemas cognitivos, según un estudio publicado en Neurology.
4. Ejercicio para evitar que su cerebro se canse: Hacer ejercicio regularmente aumenta tanto en las células musculares como en las neuronas el número de mitocondrias, las organelas encargadas de suministrar energía a las células. De este modo se reduce el cansancio mental, según demuestra un estudio de la Universidad de Carolina del Sur
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