lunes, 17 de febrero de 2014

Escuela de Oficiales: el rector advirtió a los instructores que no cometan “vejaciones"


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“Vine especialmente a sacar los resabios que hubiera de otra época”, dijo Pedro Vigne.  "Se recuerda que no está permitido bajo ningún motivo el maltrato y/o realización de prácticas vejatorias a los cadetes”, advirtió el rector del Instituto Superior Policial a los instructores el pasado 13 de febrero. Los maltratos y excesos provocaron varias bajas en pocos días.
El rector del Instituto Superior Policial, Pedro Vigne, les advirtió por escrito a los instructores de la Escuela de Oficiales: “se recuerda que no está permitido bajo ningún motivo el maltrato y/o realización de prácticas vejatorias a los cadetes”. Y avisó que quienes incurran en esas conductas prohibidas serán “pasibles de las sanciones que correspondan”.
Esa comunicación oficial les fue notificada el pasado 13 de febrero y parece confirmar que las denuncias por excesos y maltratos, ya se habían comentado en el interior del establecimiento.
Vigne dijo, en diálogo con diversos medios de comunicación, que “vine especialmente a sacar los resabios que hubiera de otras épocas, y esto me duele”. Reclamó que los cadetes o civiles que sufrieron o sufren abusos le planteen la situación personalmente, y con datos concretos, para actuar en consecuencia.
Aseguró que los maltratos que afectaron a varios cadetes serán investigados y que si hay responsables de abusos que tienen que ser apartados de sus cargos, así ocurrirá.
Además, el comisario ratificó que varios de los que iniciaron la actividad el 4 de febrero pidieron la baja a los pocos días de haber ingresado. Según sus números, pidieron la baja 5 personas, de las cuales 4 son cadetes. No se descarta que en las próximas horas puedan apartarse otros, de acuerdo a lo que testimoniaron varias fuentes que hablaron con "La Pampa, ahora".
Vigne dejó en claro que recién está conociendo la situación de los distintos organismos de instrucción de la Policía, ya que es rector del Instituto Superior desde el pasado 4 de febrero. A su cargo están en este momento los cadetes, las especialidades, el Casino, el polígono y también los efectivos que pugnan por ascensos.
Cuando se le preguntó por qué razón el 13 de febrero hizo a los instructores esa advertencia de que no se cometan “prácticas vejatorias”, Vigne respondió que “fue para evitar cualquier cuestión; ya lo había dicho verbalmente, y a lo mejor siempre llega algún comentario, a alguno se le va la boca”.
“Fuera de lugar”
El rector aseveró que ni bien ingresó en su cargo puso “especial hincapié” en que no se permitirían excesos ni maltratos. Insistió en que “les ofrecí que ante cualquier situación hablaran conmigo para ver si se podía solucionar”.
Citó que “hace unos 5 días salió una directiva a los oficiales instructores que controlan a los cadetes y a los de segundo recordando las disposiciones establecidas para la formación”.
Esa directiva remarca “que no está permitido bajo ningún motivo el maltrato y/o realización de prácticas vejatorias a los cadetes” y que quienes incurran en ella serán “pasibles de las sanciones que correspondan”.
Vigne dejó en claro que no justifica los maltratos y lamentó que “nunca me dijeron que pasó algo de este tipo”.
Aseveró, respecto de las denuncias que se enumeraron: “eso está totalmente fuera de lugar; no se debiera hacer. Está dentro de maltratos y vejaciones, no puede ser. Yo esta situación primero la plantee verbalmente, luego lo escribí. Yo querría que los denunciantes vengan y me lo hagan saber con nombre y apellido, para que se disponga una investigación. Y el responsable o los responsables serán sancionados y si se tienen que ir se irán”.
Insistió: “Si alguno se pasó, quiero saberlo y se aplicarán sanciones. Pero necesito que me vengan a contar y con nombre y apellido”.
“De parte de Rectoría está totalmente prohibido hacer ese tipo de cosas”, insistió. Y añadió: “si bien hay condiciones especiales de instrucción, eso no incluye para nada maltratos físicos o de ese tipo. Si alguien (de los cadetes) cometió una falta se lo puede sancionar, pero de manera reglamentaria, no así”.
Prometió “chequear” todas las situaciones reveladas en las denuncias.
“Formación humanística”
Vigne reiteró que “hay una especial directiva, desde Jefatura, de que la formación que corresponde es humanística; nosotros somos policías, tenemos que solucionar problemas, estar en contacto con la gente, hay tiempos que quedaron atrás, hay que saber hablar, conducirse. La Jefatura se ocupó del tema”.
“Yo soy humano, en ese sentido no tengo que dar examen”, repitió y aclaró que la de la Escuela de Oficiales “no es una formación militar. Se tiene que hacer una formación bien profesional, para que se instruyan en lo policial y también en otros aspectos”, añadió.
“El saludo típico y desfilar es una cosa, pero las otras pavadas deben ser totalmente descartadas; no lo permito. Y me interesa especialmente mejorar esa situación”, completó.
Lo que Vigne negó fue que hubiera comida podrida, como señalaron algunos estudiantes: “La comida siempre fue de 10, se come mejor ahí que en la casa. Es la misma comida que comen los detenidos. No hay casos de indigestión o gastroenteritis”, ejemplificó.
También destacó el papel del área de Sanidad: “todos los días, cualquier malestar se trata con médico y enfermeros, que están las 24 horas. Todos los días se atiende a alguien”.
Justificó que en una jornada los cadetes hayan tenido que tomar agua de un balde, aunque con aclaraciones: “Un día la bomba estaba rota y tomaron agua del dispenser”. No es lo que cuentan los cadetes, que aseveran que tomar agua es todo un trámite, y que suelen descontarla del sueldo de los propios estudiantes.
Los agentes, con más problemas de adaptación
Pedro Vigne explicó que, se inscribieron en la carrera de Oficial 40 personas (24 civiles, 16 policías -8 mujeres y 8 hombres-): son los que aprobaron el curso de ingreso.
“A los agentes es a quienes más les cuesta la adaptación al régimen cerrado -explicó-, porque además de que tienen trabajo en muchos casos también tienen formada su familia, tienen parejas e hijos. El régimen cerrado está dispuesto con determinadas pautas desde hace tiempo por la legislación, con un programa de actividades diarias”, aclaró.
Ese régimen apunta entre otras cosas a la “disciplina”. Vigne admitió que ese “primer período es el más bravo, es de adaptación, hay horarios para todo, hay nuevos compañeros, hay cadetes de segundo año que están arriba”, enumeró y señaló que también lo decía “por experiencia propia”.
“El segundo día fui a hablar con ellos, con todos, para alentarlos. Los entiendo que es un momento difícil de adaptación, a una vida internada con sus propias reglas y normas, les dije que pongan todo y traten de superarlo; porque se están haciendo una carrera, tienen un sueldo a fin de mes. Fueron seleccionados de entre 220, así que hay mucha gente que quisiera estar en ese lugar”, apuntó.
Además, hizo notar que a partir de marzo con el inicio del ciclo lectivo se modifican ciertas condiciones y los estudiantes entran “en contacto con profesores, se estudia, no tanto la formación policial como en este momento sino una cuestión más abierta”.
Señaló que en la Escuela “hay un equipo de apoyo pedagógico, una licenciada en Ciencias de Educación, un psicólogo y una asistente social. Ellos apoyan, ayudan al cadete si le cuesta el estudio, los asesoran en diversos ámbitos, incluso en la parte emocional o psicológica”.

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