lunes, 4 de enero de 2016

MUSEO DE HISTORIA NATURAL: NUEVAS LÍNEAS DE TRABAJO


Luego de 10 años de cautiverio, la boa “Yago” será liberada 


La Secretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa informa que continúan las tareas de reformulación y montaje en el Museo de Historia Natural, trazando líneas de acción que contemplen una visión actualizada de los temas inherentes a su funcionamiento y ofrezcan la posibilidad a todos los pampeanos, de conocer y disfrutar de este organismo provincial.
 
En este marco, es que se decide liberar a los animales en cautiverio y por ello, con la ayuda del médico veterinario Rodolfo Casal, “Yago” una Boa Ampalagua (Boa constrictor occidentalis) que desde hace casi 10 años era exhibida en el MPHN, fue entregada al ingeniero Raúl Steffanazzi, a cargo de la Subsecretaría de Agricultura, Ganadería y Recursos Naturales de la Provincia de Santa Fe, para su traslado a dicha provincia.
 
La serpiente se mantendrá en cuarentena dentro de las instalaciones del Centro de Rescate, Recepción y Rehabilitación de Fauna Silvestre “La Esmeralda”, dependiente del citado organismo provincial, donde su estado de salud será monitoreado por técnicos y veterinarios a los fines de evaluar su futura liberación junto con otros ejemplares de la especie.
 
Víctima del tráfico de fauna silvestre, la boa “Yago” llegó al MPHN en el año 2006 procedente de la provincia de Tucumán. Sus captores o compradores, quizás por desconocimiento, lo trajeron desde el norte argentino como “regalo” a un amigo local, quien no pudo hacerse cargo del animal y lo entregó al Museo de Historia Natural. Una vez allí, si bien se hizo el mejor esfuerzo por cuidar del animal, a medida que fue creciendo se volvió más difícil llevarla a un recinto al aire libre, por lo que “Yago” terminó confinada a un serpentario de un metro y medio por varios años.
 
CARACTERÍSTICAS
 
La Boa Ampalagua, también conocida como Boa de las Vizcacheras, Boa Constrictora Occidental o Argentine Boa, se distribuye en el centro-norte de Argentina, sur de Bolivia y oeste de Paraguay, encontrándose asociada a las ecoregiones del Chaco Seco, Monte y Espinal.
 
Esta boa depende del bosque nativo para termorregular, reproducirse y dispersarse, por lo que la aguda deforestación que ha sufrido la región en donde habita, ha generado el aislamiento de sus poblaciones y la disminución en el tamaño de las camadas. Si bien algunos de ellos son controvertidos, los registros más australes de esta especie proceden de nuestra provincia. Se ha sugerido que estas serpientes pudieron haberse dispersado hacia el interior de La Pampa a través del corredor biológico de los ríos Desaguadero-Salado-Chadileuvú, cuya progresiva desertización a causa del corte de sus principales tributarios en Mendoza y San Juan, explicaría el retroceso o desaparición de la especie en la región.
 
También su expansión hacia La Pampa podría asociarse al establecimiento de condiciones favorables proporcionadas por un incremento en la disponibilidad de refugios excavados por vizcachas, o aún haber sido accidentalmente transportadas en durmientes de quebracho desde el norte argentino. Parece factible considerar que las Ampalaguas estuvieron presentes en nuestra provincia en un pasado no muy lejano y haber sufrido una fuerte retracción en tiempos históricos. Lamentablemente, la ausencia de registros modernos deja pocas dudas acerca de su extinción en nuestro territorio.
 
La Boa Ampalagua ha sido fuertemente explotada por su cuero, es una especie considerada Amenazada en Argentina y se encuentra incluida desde 1987 en el Apéndice I (especies en extinción) de la “Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora” (conocida por sus siglas en ingles: CITES). Actualmente su caza y comercialización se encuentra totalmente prohibida, aunque es capturada ilegalmente para mascotismo y por ser considerada una amenaza para los animales de corral.
 
OTRAS MUDANZAS
 
Además de “Yago”, el museo cuenta en sus exhibiciones con otras dos serpientes (una culebra y una Yarará Ñata), dos escuerzos y una tarántula. Todos ellos están prontos a ser trasladados a otros organismos especializados que se encargaran de devolverlos a la libertad o -si no fuera posible-brindarles un espacio acorde a sus necesidades biológicas.
 
Se trata animales de sangre fría, por lo que requieren necesariamente de periodos regulares de exposición a la luz solar para calentar su cuerpo y así completar aquellos procesos fisiológicos que los mantienen saludables, por lo que no es conveniente que permanezcan en recintos pequeños, como los que, aún con buena voluntad, los albergan.
 
“Yago”, como ejemplo,  tiene diez años pero su tamaño es mucho menor que el esperado para una Ampalagua de su edad, ya que creció prácticamente a la sombra por lo que es esperable que exista cierto grado de atrofia en el desarrollo de su sistema óseo y muscular.
 
Por estas razones, se cree que extender su cautividad con fines educativos no es conveniente y no solo en términos estrictos de conservación, sino también de acuerdo a los propios valores educativos promovidos por la institución. Ahora, en el Centro de Rescate, Recepción y Rehabilitación de Fauna Silvestre, bajo cuidado y tratamiento especial, “Yago” podrá recuperar las condiciones físicas normales de su especie y así poder pasar sus últimos días en un ambiente natural, desde donde nunca debió ser trasladada.
 
El equipo del MHN agradece la inestimable ayuda del veterinario, Rody Casal, siempre dispuesto a colaborar en el manejo de fauna en peligro, a Raúl Steffanazzi (Subsecretaría de Agricultura, Ganadería y Recursos Naturales de la Provincia de Santa Fe) encargado del traslado, Natalia Bersezio (Subdirección General de Ecología de Santa Fe) responsable de la recepción, Federico Bruno y Susana Delarada (Dirección de Recursos Naturales de La Pampa) por facilitar las gestiones para el traslado.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.