"Ya nos robaron el Atuel y el Salado, no permitamos que nos roben el Colorado"

La Fundación Chadileuvú rechazó categóricamente la posibilidad de habilitar el trasvase del Río Grande al Atuel y la obra de Portezuelo del Viento. Dijeron que no se puede confiar en Mendoza.

“Ya nos robaron el Atuel y el Salado, no permitamos que nos roben el Colorado”, advirtió la Fundación Chadileuvú, que expresó este sábado un fuerte rechazo a la propuesta de Mendoza de trasvasar el Grande al Atuel, para recién después dar una respuesta a la provincia por el reclamo histórico al corte de ese río.

En conferencia de prensa, los miembros de la Chadileuvú advirtieron que el trasvase y la proyectada obra de Portezuelo del Viento afectaría el caudal del río Colorado (el Grande es su afluente), el río más importante de La Pampa, en el marco de una emergencia hídrica de los ríos nacidos en la Cordillera.

La Comisión de Seguimiento del Atuel de la legislatura mendocina reflotó en estos días la propuesta de realizar la obra de Portezuelo del Viento, el trasvase de caudales del Río Grande al Atuel, para brindar una respuesta al reclamo pampeano. Esto debe ser autorizado por el COIRCO, que integra La Pampa.

“El trasvase no tiene nada que ver con el Atuel. Las que corresponden a La Pampa son las aguas del Atuel, no del río Grande”, remarcó el presidente de la fundación, Carlos Gómez. “De ninguna manera debe aceptar La Pampa ese trasvase mientras dure la crisis hídrica de los ríos cordilleranos. Nuestra provincia no debe aceptar discutir sobre un trasvase que pongan en peligro nuestro principal río, el Colorado. Ya nos robaron el Atuel y el Salado, no podemos permitir que nos roben también nuestro río más importante”, reafirmó.

Desde la Chadileuvu, insistieron con el argumento de que Mendoza tiene pérdidas del 50% del caudal del río en el sistema de riego, algo que posibilitaría darle un caudal mínimo para La Pampa de corregirse.
“Mendoza se considera la única dueña del Atuel. En una actitud de absoluto egoísmo, no están dispuestos a compartir y ahora se quieren apropiar con el trasvase del río más importante de la provincia”, insistió Gómez.

Además, los miembros de la fundación criticaron el “egoísmo” de la provincia de Río Negro, que prohibió a través de una ley provincial el trasvase de ese río hacia el Colorado, que podría mejorar las condiciones de riego en La Pampa y Buenos Aires.“Les sobra el agua. Entre abril y mayo tiraron al mar dos embalses de Casa de Piedra. 7.400 hectolitros cúbicos de agua que fueron al mar impunemente”, graficó Walter Cazenave. “El egoísmo llega al absurdo. Una ley provincial está por encima del tratado de Coirco, que firmó Rio Negro, con fuerza de ley nacional”, añadió.

“El Río Colorado es la otra pampa posible, es el futuro. Eso es lo que se está poniendo en riesgo ahora. Cada uno hace lo que quiere. Es una rebatiña. Estas actitudes nos conduce a desaguisados. La política es la que debe dar solución a esto, pero no existe un proyecto nacional”, redondeó Gómez.
Alberto Goldberg dijo que las demandas por el Autel “tendrían que ser una politica de estado, pero si el gobierno es negligente, la oposición, salvo honrosas y personales excepciones, también lo es. Esto no puede quedar en manos de una ONG”.

Presentaciones internacionales

La fundación recordó que, a más de un año del fallo del Tribunal Interamericano del Agua que le dió la razón en el tema Atuel, no consiguieron que el gobierno provincial, el de Mendoza, y la presidenta Cristina Fernández, les respondan los pedidos de audiencia. “Esto expresa el desinterés que tienen sobre el tema y agravia a la provincia y a sus pobladores”, señaló Gómez.

El directivo anunció que el presidente del Tribunal Interamericano del Agua, Javier Bogantes, les propuso realizar en La Pampa, en octubre de 2014, un foro especial de seguimiento del caso Atuel, preocupados porque se ignoró el fallo que produjeron en su momento.

De todos modos, anunciaron dos nuevas presentaciones ante organismos internacionales. La primera, una gestión ante la Relatoría del Agua de Naciones Unidas, que encabeza Carina Abuquerque. La segunda, ante el Tribunal Internacional del Agua, que tiene sede en Amsterdam, Holanda.
Las decisiones de estos organismos no son vinculantes, aunque ambos tienen un prestigio internacional que las hace influyentes.