domingo, 20 de enero de 2013


 
marin
El desenlace de la situación en el justicialismo es un verdadero misterio. Pocas veces como ahora hubo tantos sectores y/o personas ambicionando una misma candidatura.
En medio de una interna feroz y por momentos difícil de entender, Convergencia decidió apretar el acelerador y pelear por un lugar contante y sonante en la lista de candidatos legislativos. El histórico líder de ese espacio, Rubén Marín, salió a marcar la cancha y reclamar que el sector sea tenido en cuenta a la hora de repartir las postulaciones para los cargos en el Congreso Nacional que se pondrán en juego este año.
También dejó notar, en declaraciones públicas, que esta vez no percibe ambiente como para que el congreso partidario acepte candidaturas digitadas desde la Presidencia de la Nación, como ocurrió en 2011, cuando Cristina Fernández de Kirchner impuso la postulación de María Luz Alonso.
Convergencia viene en los últimos tiempos haciendo notar la fortaleza que aún conserva, sobre todo en Santa Rosa, donde realizó un acto incluso más nutrido de lo que los optimistas pensaban, y donde pisó fuerte en algunas comisiones vecinales en que dio la pelea interna.
La relación del marinismo con el kirchnerismo es tensa y ambigua, por no decir contradictoria: Convergencia tuvo acceso a cargos cedidos por el Gobierno Nacional, pero al mismo tiempo sintió que le soltaban la mano cuando produjo algunos cambios rotundos en beneficio de La Cámpora y los sectores K más leales que integran el espacio “Unidos y Organizados”.
Desde ese lugar, que a veces es de respaldo y a veces de confrontación, Marín reclama más cargos para los suyos. Y hasta ahora, los candidatos “potables” que tiene el espacio para ofrecer son de la propia sangre: Varinia Marín y Espartaco Marín, hijos del caudillo, vienen sonando más que ninguno. Aunque otros lo miran de reojo a Mariano Fernández.
También es cierto que Convergencia se ha quedado sin algunos soldados históricos, que hasta llegan a reprocharle la falta de convicción para apoyar el “proyecto nacional y popular”.
Uno de esos capítulos se vivió hace poco, cuando la exdiputada Josefa “Blanca” Alegre pidió que -tal como lo deseaba la conducción nacional- se renovaran las autoridades partidarias hacia el mes de marzo. El marinismo le dio la espalda a esa petición y el propio presidente del PJ salió a decir que él pretendía cumplir su mandato, que tenía fecha de vencimiento en octubre.
Fichas

El calendario electoral es muy nutrido en este 2013, especialmente para el PJ: antes de las elecciones primarias de agosto -internas abiertas y simultáneas- tendrá lugar la interna en que se elegirán autoridades partidarias. Eso podría tener su influencia en la diagramación del futuro congreso.
El vernismo, que públicamente ha dicho que no participará con candidatos propios en la legislativa, no se ha expresado respecto de esa interna partidaria: lo lógico, y más probable, sería que ponga toda la carne en el asador.
Convergencia también lo hará, y uno de los interrogantes es si los espacios que lideran los dos grandes caudillos confluirán en una alianza por interés.
Uno que ya dio aviso de que jugará a fondo en esa fecha es el intendente de Santa Rosa, Luis Larrañaga, que quiere pisar fuerte en el Consejo Local de Unidades Básicas, donde ahora opera en minoría.
El panorama interno es tan confuso que poco puede preveerse: en algún momento, por ejemplo, Larrañaga estuvo fuertemente aliado al diputado nacional Roberto Robledo, que tiene su Nuevo Espacio de Participación (NEP). Pero esa coalición ha puesto en evidencia fuertes fracturas, y el camino dependerá también de si Robledo encuentra espacio para sus pretenciones de ser reelecto en la banca (lo mismo ambiciona Cristina Regazzoli).
Desde ya, hay que tener en cuenta a la línea “Compromiso Peronista” que encabeza el gobernador Oscar Mario Jorge y tiene el respaldo -a veces firme, en otros casos tibio, en otros directamente como forma del disimulo- de la mayoría de los intendentes justicialistas, además del alineamiento con Nación.
El jorgismo desearía imponer un candidato a diputado nacional, pero no le resultará simple en el actual escenario. Los nombres de Raúl Ortiz y Fabián Bruna, como “jorgistas puros”, suenan mucho en los pasillos oficiales, pero no más allá.
Tampoco está claro que el kirchnerismo nacional le abra la puerta a esos nombres: desde hace tiempo se sabe que si fuera por la presidenta la candidata quizá sería Silvia Bersanelli, a quien ya “bendijo” en 2011. Bersanelli es la cara visible de “Kolina” en nuestra provincia.
Kolina se ha conformado como partido político, quizá para el caso de que al kirchnerismo le sea necesario algún otro sello partidario para salirse del PJ. Hay una experiencia reciente: en 2011, Alonso-Bersanelli fueron con el Partido Humanista - Encuentro por la Democracia y la Equidad (EDE). Finalmente también se plegó el PJ, con Carlos Verna renunciando a la candidatura a la gobernación.

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