Avatares del clima: noviembre y la primera quincena de diciembre fueron sinónimos de temperaturas frescas y de lluvias interminables, pero desde Navidad hasta lo que va de enero, el tiempo fue seco y muy caluroso. Esta situación amenaza continuar hasta principios de febrero, lo que podría ocasionar estrés hídrico a los cultivos que se implantaron en lotes con barro.
La descripción anterior pertenece al consultor Eduardo Sierra, que recuerda que en diciembre hubo tormentas fuertes el día 12 y en Navidad, tras lo cual las lluvias se interrumpieron y enero se comportó como un mes muy playero.
Las perspectivas para las próximas semanas no son muy alentadoras: los modelos predictivos no anuncian lluvias importantes hasta principios de febrero en la región pampeana, lo que podría generar reducción de rindes en los cultivos de verano, sobre todo en el maíz, en los potreros que no tengan napa cercana. Hasta fines de enero, Sierra pronostica que continuarán los días con altas temperaturas, alternado con otros más frescos.
La precisión de las proyecciones disminuye al considerar febrero. No obstante, el especialista anticipa que puede ser un mes con tormentas fuertes espaciadas y localizadas, que pueden dejar, entre ellas, áreas extensas con lluvias escasas. En marzo se esperan de nuevo lluvias abundantes.
De confirmarse este escenario, se alejarían las posibilidades de la súpercosecha que se vaticinaba, motorizada por la supuesta ilimitada disponibilidad hídrica para los cultivos. Podría transformarse en una buena producción, intermedia entre la esperada unos días atrás y lo ocurrido en el ciclo seco 2011/2012, siempre que el clima no complique la recolección. Un elemento promisorio dentro de este posible escenario sería la postergación en el momento de aparición de las primeras heladas. "Históricamente, en la zona núcleo comienzan a principios de mayo y en 2013 podrían demorarse hasta comienzos de junio", conjetura el consultor.
REGIÓN CENTRAL
La escasez de humedad se va notando cada vez más en la región central del territorio, a partir de un balance hídrico muy afectado por la alta evapotranspiración en los días con elevadas temperaturas. El contenido de humedad del suelo tiende a la normalidad en el este de Entre Ríos y en el este, centro y sur de Buenos Aires, pero empieza a ser escaso en amplias zonas del sur de Santa Fe y de Córdoba, y en La Pampa.
José Luis Stella, integrante del departamento de Climatología del Servicio Meteorológico Nacional, también observa que los modelos adelantan ausencia de lluvias importantes en los próximos siete días para Misiones, Corrientes, Formosa, norte de Entre Ríos y de Santa Fe, con probabilidades de precipitaciones muy débiles en Buenos Aires, en el sur del litoral, en Córdoba y en Santa Fe.
"Las lluvias de enero se concentraron en Brasil y no llegaron al territorio argentino", apunta. Al intentar una explicación del fenómeno, destaca el fuerte enfriamiento del océano Atlántico a la altura de la provincia de Buenos Aires y de la Patagonia. Las temperaturas primaverales eran más cálidas y ese comportamiento contribuía a la generación de lluvias.
No obstante, Stella tiene la expectativa de que la escasez de precipitaciones será un fenómeno pasajero. "Las tendencias preparadas por el Servicio Meteorológico Nacional indican lluvias normales para el trimestre estival y por ahora no se registran cambios en la atmósfera que lleven a pensar en un tiempo más seco durante todo el verano", proyecta.
ESCASEZ DE HUMEDAD
El consultor José Luis Aiello explica así lo que está pasando con el clima: "Cuando en la Argentina hay un fenómeno Niño llueve más de lo normal porque ingresan flujos de humedad que se producen en Brasil". Cuando no hay un fenómeno Niño, como el ciclo 2012/2013, llueve sólo lo que producen los mecanismos naturales del clima, de acuerdo a la humedad disponible en la atmósfera y a la actividad de los frentes. En la actualidad, ambos factores son escasos y eso explica que desde hace dos semanas llueva por debajo de lo normal en amplios sectores de la región pampeana. Aiello agrega que "últimamente hubo fuertes pulsos de calor y habrá más en lo que queda de enero y en febrero".
A juicio del especialista, enero cerrará con lluvias por debajo de lo normal. "Excepto en el sudeste bonaerense, las reservas de humedad del suelo quedarán por debajo de lo necesario, con consecuencias sobre los cultivos de verano", calcula.
"Córdoba, el norte de La Pampa y el centro y sur de Santa Fe están igual que el año pasado a la misma fecha y eso repercutirá sobre los rindes", advierte el consultor. La escasez de humedad que se observa en la Argentina también se extiende a Uruguay y a Paraguay, pero no afecta a Bolivia ni a Brasil.
En síntesis: al enfriarse el Pacífico y al no tener un fenómeno Niño en la Argentina, no hay una máquina adicional productora de lluvias. En esas condiciones, no habría que esperar una cosecha gruesa pobre, pero tampoco una de rindes excepcionales como todavía siguen anunciando algunos macroeconomistas", concluye Aiello
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