viernes, 1 de mayo de 2015

Campaña de alerta por maleza amaranto


Una nueva amenaza se cierne sobre la actividad agrícola de la provincia de La Pampa tras la detección de los primeros lotes infestados con la maleza Amaranto palmeri (Amaranthus Palmeri). 
Distintos organismos vinculados a la producción agropecuaria, como la Estación Experimental Agropecuaria Anguil del INTA, el Ministerio de la Producción del Gobierno de La Pampa y el Colegio de Ingenieros Agrónomos y la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa, atentos al problema, iniciaron una campaña de alerta respecto a la presencia de Amarnathus palmeri, así como de concienciación sobre el manejo de malezas problemáticas en la región.
El Amaranthus palmeri es una maleza introducida. A diferencia de las especies autóctonas de amaranto conocidas frecuentemente como “yuyos colorados”, dispone de plantas femeninas y masculinas en distintos individuos. Las especies autóctonas producen ambos sexos en la misma planta, por lo tanto, todas las plantas generan semilla.
Si bien el amaranto palmeri fue descripto por primera vez en Argentina por el ingeniero Covas, se trata de una especie rara en nuestro país. La difusión actual se ve favorecida por su resistencia a glifosato y existen -en algunos biotipos- sospechas de resistencia también al grupo ALS que incluye imidazolinonas (Ej: Imazetapir, Imazaquin), sulfonilureas (Ej: Clorimuron, Metsulfurón) y Triazolpirimidinas (Ej: Diclosulam).
La presencia de amaranto palmeri se ha confirmado entre Speluzzi y Vértiz en lotes de producción, aunque también se lo detectó en Caleufú y otras localidades de La Pampa en bolsones o alambrados.
Un daño mayúsculo.
Se han evaluado pérdidas de rendimiento del 78 por ciento en el cultivo de soja debido a esta maleza. Aplicando estrategias de manejo recomendadas para lotes infestados, el incremento en el costo de tratamientos de control -en el caso de la soja- es de un mínimo de 40 dólares por hectárea, lo que haría inviable económicamente el cultivo de soja en muchos ambientes agrícolas marginales.
En lotes infestados, en el marco de un manejo integrado, la competencia de la maleza lleva a cambios en el sistema de labranza con el objetivo de enterrar parte del banco de semillas, que son especialmente perjudiciales en ambientes susceptibles a voladuras de suelo que caracterizan una importante superficie de La Pampa.
Una vez introducida la maleza en un lote, si no se toman medidas preventivas para evitar la diseminación, se verá afectada la producción de la campaña siguiente al observarse un incremento de plantas suficientes para generar pérdidas económicas en el lote. No es factible eliminar la maleza una vez diseminada en el lote.
¿Cómo se identifica?
Cuando la planta ya tiene la semilla, ésta se identifica por la existencia de plantas hembra, caracterizadas por disponer de una panoja poco ramificada de brácteas duras con producción de semilla. Una forma práctica para la identificación es tomar esta panoja femenina con la mano e intentar apretarla. Si dispone de brácteas duras, no podrá cerrar la palma de la mano por las brácteas espinosas.
Las plantas macho se pueden identificar en este estado porque no producen semilla, siendo su morfología similar a las especies nativas.
Cabe destacar que la característica del largo del pecíolo utilizada en otros países no es un atributo útil para la identificación en Argentina, ya que es compartida con las especies locales.
Otra característica es la presencia de un mucrón más grande en el extremo de la hoja opuesto al tallo. Es una punta corta bien diferenciada, similar a una espina, que es posible observar a simple vista. En algunas especies autóctonas puede estar presente pero con tamaño más pequeño.
En estado de plántula, la diferenciación es más compleja. En ese estado, el manejo es menos eficiente por lo que se recomienda anticiparse y analizar la presencia en pre-cosecha del cultivo anterior, es decir, en este momento (otoño).
Medidas preventivas.
Entre las medidas preventivas que pueden tomarse, podemos mencionar: Monitoreo de los lotes para detectar el problema en etapas iniciales y prestar atención a plantas aisladas dentro del cultivo, en la línea del alambrado, en bolsones y cualquier otro lugar de concentración de aves.
Ante la detección, se recomienda recolectar las plantas en forma manual evitando la dispersión de semillas y quemarlas.
Otra medida es monitorear antes y después de la aplicación de tratamientos químicos de control de malezas y mantener la limpieza en costas de alambrados.
Limpieza.
Se sugiere además la limpiar de la cosechadora cuando llega al campo mediante el procedimiento detallado en los protocolos disponibles en la web. En caso de detección en sólo uno de los lotes del establecimiento, se debe seguir el mismo procedimiento antes de pasar al lote siguiente. También, llevar registro del primer lote y primeras pasadas de la cosechadora para intensificar el monitoreo en esa zona en el futuro. Finalmente, se sugiere el desbaste de animales para evitar la dispersión durante el pastoreo.
Disminuir los daños.
¿Qué medidas podemos tomar para disminuir los daños una vez diseminado el problema en un lote? En principio, el enterrado de semillas. La labranza convencional con inversión del pan de tierra permite enterrar parte de las semillas en profundidades donde no lograrán emerger. Es necesario tomar precauciones para evitar voladuras en ambientes susceptibles a la erosión eólica.
Inclusión de cultivos de cobertura, en especial centeno, es otra acción posible, así como cambiar la estrategia de control químico, priorizando controles antes de la siembra y preemergentes.
Por otra parte, se sugieren cambios en la rotación con mayor participación de maíz y menos de soja; una estructura de cultivo que asegure una rápida cobertura del suelo y el mantenimiento de sitios de desperdicio como banquinas y costas de alambrado limpios, desmalezados antes de semillazón o bien cubiertos con gramíneas perennes.
Diseminación.
Una sola planta de Amaranthus palmeri puede producir entre 40.000 y 250.000 semillas. Las principales fuentes de diseminación son las maquinarias, en especial los equipos de cosecha. También se ha detectado diseminación por pájaros. Semillas que pasaron por el tracto digestivo de diferentes especies de aves, han mostrado un 60 por ciento de viabilidad. A la vez, existen
sospechas de diseminación por animales en pastoreo.
Andrés Corró Molas
INTA General Pico

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