Cuatro años exportando liebres
La cuarta campaña de la liebre ya lleva casi un mes en el frigorífico Patagonia Meat y por día están ingresando entre cinco y seis camiones cargados con las presas recolectadas en La Pampa y provincias vecinas. Este año, una de las mejoras es que el control aduanero se hace en la planta.
Desde el 2 de junio comenzaron a recibir en las instalaciones de calle 13 entre 44 y 46, las liebres que son producto de la caza en el oeste de Buenos Aires, sur de Córdoba y el territorio pampeano. En camiones refrigerados son recolectadas las presas que se acumulan en los centros de acopio, y los cazadores que están cerca de General Pico realizan la entrega en forma directa. Por día ingresan entre 5.000 y 7.000 animales listos para pelar, limpiar y faenar, informó el gerente Argentino Pomphile.
La planta frigorífica está en su época de auge cuando comienza la zafra, con 180 empleados que en un 70 por ciento son mujeres. Esto se debe a que los responsables de la empresa notaron que las manos femeninas son más delicadas para trabajar con este tipo de carne.
La liebre europea, que es la variedad que se trabaja en la zona, es dividida en tres grupos según su tamaño. Las de calibre pequeño con unos dos kilos; mediano en tres kilos; y grande con cuatro kilos. Además se hace otra nueva calificación de acuerdo a los diferentes cortes que se preparan para la venta logrando así una variedad de 100 presentaciones diferentes para el producto.
Los controles son exhaustivos para asegurar la calidad de la carne. Pomphile indicó que durante estos meses se instala en la ciudad un técnico en alimentos procedente de Alemania que verifica el proceso. También se incorporó este año mayor equipamiento para la detección de metales. El gerente comentó que esa tecnología es utilizada para eliminar cualquier vestigio de plomo -de los proyectiles- que haya quedado en la liebre.
La planta frigorífica está en su época de auge cuando comienza la zafra, con 180 empleados que en un 70 por ciento son mujeres. Esto se debe a que los responsables de la empresa notaron que las manos femeninas son más delicadas para trabajar con este tipo de carne.
La liebre europea, que es la variedad que se trabaja en la zona, es dividida en tres grupos según su tamaño. Las de calibre pequeño con unos dos kilos; mediano en tres kilos; y grande con cuatro kilos. Además se hace otra nueva calificación de acuerdo a los diferentes cortes que se preparan para la venta logrando así una variedad de 100 presentaciones diferentes para el producto.
Los controles son exhaustivos para asegurar la calidad de la carne. Pomphile indicó que durante estos meses se instala en la ciudad un técnico en alimentos procedente de Alemania que verifica el proceso. También se incorporó este año mayor equipamiento para la detección de metales. El gerente comentó que esa tecnología es utilizada para eliminar cualquier vestigio de plomo -de los proyectiles- que haya quedado en la liebre.
Exportación.
Luego del envasado y almacenamiento en cajas se procede a preparar todo en los contenedores refrigerados que son enviados a los compradores europeos, a través del puerto de Buenos Aires.
Este último paso se ha visto mejorado en cuanto a tiempos y costos ya que ahora los representantes de la aduana llegan directamente hasta el frigorífico. Para obtener este beneficio se debió instalar un sistema de cámaras que sirve como garantía del cargamento, porque se registra todo el proceso del frigorífico hasta la última etapa.
Toda la liebre es aprovechada: el cuero es enviado a Portugal donde es materia prima para fábricas de sombreros; y las patas, orejas y la cola son secadas en un horno y embolsadas con destino a Africa para ser reutilizadas, probablemente como alimento balanceado.
En General Pico no se comercializa la carne de liebre, según Pomphile el paladar argentino no está acostumbrado. Pero con la producción alternativa que se realiza el resto del año, por ejemplo con la faena de corderos, se estaría abasteciendo al mercado de la zona.
El gerente planteó un doble beneficio con la producción alternativa. En primer término que le daría continuidad al personal del frigorífico para que no estén limitados sólo a la época de zafra de liebre, que finalizará a principios de agosto. Además porque en la zona no hay frigoríficos habilitados para trabajar con cordero y tampoco con cerdos.
Los porcinos, en tanto, son tema pendiente para Patagonia Meat, por ahora tienen la posibilidad de abocarse al ciclo dos cuando el cerdo llega faenado, sin embargo la aspiración a futuro es adaptar las instalaciones para poder realizar el proceso completo en la planta.
Luego del envasado y almacenamiento en cajas se procede a preparar todo en los contenedores refrigerados que son enviados a los compradores europeos, a través del puerto de Buenos Aires.
Este último paso se ha visto mejorado en cuanto a tiempos y costos ya que ahora los representantes de la aduana llegan directamente hasta el frigorífico. Para obtener este beneficio se debió instalar un sistema de cámaras que sirve como garantía del cargamento, porque se registra todo el proceso del frigorífico hasta la última etapa.
Toda la liebre es aprovechada: el cuero es enviado a Portugal donde es materia prima para fábricas de sombreros; y las patas, orejas y la cola son secadas en un horno y embolsadas con destino a Africa para ser reutilizadas, probablemente como alimento balanceado.
En General Pico no se comercializa la carne de liebre, según Pomphile el paladar argentino no está acostumbrado. Pero con la producción alternativa que se realiza el resto del año, por ejemplo con la faena de corderos, se estaría abasteciendo al mercado de la zona.
El gerente planteó un doble beneficio con la producción alternativa. En primer término que le daría continuidad al personal del frigorífico para que no estén limitados sólo a la época de zafra de liebre, que finalizará a principios de agosto. Además porque en la zona no hay frigoríficos habilitados para trabajar con cordero y tampoco con cerdos.
Los porcinos, en tanto, son tema pendiente para Patagonia Meat, por ahora tienen la posibilidad de abocarse al ciclo dos cuando el cerdo llega faenado, sin embargo la aspiración a futuro es adaptar las instalaciones para poder realizar el proceso completo en la planta.
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