Bertone admitió que estaba armado y que usó gas pimienta contra los paisanos

El empresario santarroseño, que tiene acciones en el Hotel Calfucurá, también calificó a Raúl y Sebastián Suárez como“estafadores profesionales”. Y dijo que quieren quedarse con el campo que él compró en el año 2008 a nombre de su madre a los hermanos De Franco.

"Yo tengo la escritura del campo", dijo en declaraciones a Radiokermés. Además, en una nota dada al diario La Arena, relató el incidente de la siguiente manera: "cuando (Raúl Suárez) se pone a una distancia para agredirme -continuó-, saqué un gas pimienta y le tiré en la cara. En eso, él se limpió, sacó un revólver y empezó a disparar cuando Sebastián Suárez me tenía en el piso maniatado. Me vació el cargador, y hay testigos. Y también le dispararon a otro hombre, que yo llevé y que estaba filmando todo porque sabía que algo iba a pasar con esa gente".

A la hora de relatar el mismo episodio al programa radial Periodismo Turno Tarde nunca mencionó que había usado gas pimienta. "(Los Suárez) empezaron a increparme y a increpar a los trabajadores, les dije que se fueran. Que si el campo era de ellos que fueran por la vía legal y que si realmente era de ellos los corrales les iban a quedar. Después llegó Raúl Suárez, el más agresivo de los 3. Sin mediar palabra se acerca a agredirme, saca un revólver; Sebastián me aborda por atrás, me tira al piso y me retiene. Raúl Suárez descarga todo el tambor del revólver, por suerte no me impactaron en el torso", dijo.

"Después Sebastián me agarró la mano, me agarró un dedo y lo dobló hasta quebrármelo. Jamás me imaginé esta actitud. Una cosa es que alguien se enoje. Pero esta actitud asesina, de directamente ir a matar me dejó perplejo. A una persona que le presté la filmadora filmó todo lo que ocurrió. Pero después de los tiros y de quebrarme el dedo, se llevaron la filmadora. Hicieron otro disparo que pasó al lado de la persona que tenía la filmadora. Fue una locura total. Una cosa violenta al extremo", opinó.

Bertone añadió que a los Suárez, en este tiempo, "les hicimos al menos 6 denuncias, incluso por amenazas aisladas. Ellos tenían haciendo en el campo, en el Lote 8. Ellos viven en el Lote 3, que está al norte. Hace 3 meses que se oponían a que entremos a trabajar, no sé en razón de qué porque no figuran ni como ocupantes ni como nada. Les pedí que me mostraran un papel o algo... Ese campo cuando lo compré yo estaba alquilado. Ellos jamás ocuparon eso", insistió Bertone.

El empresario, uno de los propietarios del Hotel Calfucurá, lamentó que al campo en cuestión "le hice mejoras, tanques, alambres, picadas. Y ahora pretenden que el campo es de ellos".

"La compra fue en 2008. A Antonio De Franco, a los hermanos De Franco. Yo sabía que tenían problemas con los puesteros de la zona. Así que me dirijo al puesto de los Suárez y le pregunto a Sebastián si tenían algún problema, si reclamaban el campo porque me lo habían ofrecido y me responde que no, que el que reclamaban era otro. Le dejé el teléfono, una tarjeta, tuve un trato amistoso de vecinos. Así llegué a Limay Mahuida", explicó.

"Cuando llegué en el campo había alguien que alquilaba. Cuando quedó solo, es cuando esta gente empieza a meterse... Al tiempo empezamos a ver que cortaban los alambres y metían a pasar las vacas. Hicieron dañinadas buscando que me vaya. Lo denuncié. Hicimos como 6 denuncias. Pero nunca se vio esta violencia inusitada", añadió.

El domingo, cuando se produjo el incidente, Bertone había ido predispuesto a un episodio de violencia. A tal punto que acudió armado: "Yo tenía mi pistola, que tengo registrada y con todos los papeles, jamás la saqué, la tenía en el pantalón. Hay 9 testigos. Ellos me sacan la pistola".

-¿Siempre andás armado? -le preguntaron en PTT.
-No, pero con la violencia que esta gente venía teniendo decidí tener la pistola a mano. Porque antes, el lunes anterior, hubo amenazas cuando fuimos a trabajar.

Esas amenazas a las que ahora aludió Bertone nunca fueron denunciadas. Ahora, reflexionó: “Si hubiera hecho la denuncia hoy tendría otra justificación”.

Bertone se siente una víctima: "Siento que hay mucha gente a la que no le gusta que la gente progrese, que haga cosas nuevas, que intente crecer. De corazón no les agrada que uno prospere. Nadie me puede decir que le debo un peso a nadie. Jamás me quedé o me quedaría con un centavo de nadie. Pero cuando uno quiere emprender algo, cierta gente cae encima con cualquier excusa".

El empresario también admitió que fue incrementando su "furia". Dijo: "(A los Suárez) los fui a ver 3 veces y no estaban o no salieron. Eso me provocó cierta furia, porque no solo me hacían lo que hacían sino que tampoco me quería recibir". Reveló además que "De Franco me ofreció comprar la escritura del Lote 3 que ocupan ellos de toda la vida".

-¿Sabías la fama de tramposos de los De Franco?
-Tenía el comentario, como todo el mundo. Hay gente que ha vivido ahí toda la vida y tiene derecho a tener sus tierras. Leí que en algunos casos los De Franco se las quedaron sin comprarlas, o con posesión veinteañal. Sé que tuvo un problema con Salustiano Suárez. Por eso fui a hablar con los Suárez... yo al campo lo pagué, mi mamá vendió un campo en Buenos Aires, no tengo porqué comprar un campo con problemas. Estaban los títulos, hablé con los Suárez, no quise problemas... esto es una desgracia, he invertido tiempo, salud, recursos en algo que para mí ha sido un fracaso total, absoluto.

-De alguna manera, ¿te sentís despojado por los Suárez?
-Totalmente, si yo compré eso en buena ley. Lo pagué en 3 años a los De Franco, y en 3 años nunca me vinieron a decir nada. Jamás desde 2008 hasta 2011 jamás ocurrió. Es un abuso, una manera de quedarse con algo que no les corresponde, asesorado por algún abogado, porque esta gente también está siendo estafada, es la realidad. Los abogados nunca presentan un escrito y les cobran todos los meses con terneros, los tienen engañados.

-¿Pensás volver al lugar, seguir trabajando en esas tierras?

-Esto me cambió la visión de la cosa. El médico me dijo que estuve a un centímetro y medio de matarme. Porque me pasó la bala a esa distancia de la arteria principal de la pierna.