martes, 16 de octubre de 2012



AL ENEMIGO, NI LA BENDICIÓN

Lo acontecido recientemente con el sacerdote suspendido por dar misa a los gendarmes y prefectos que reclaman con justicia por sus haberes, debería encender en nosotros otra luz más de alerta de las tantas que ya se nos deberían haber encendido cada vez que el Gobierno da un picotón más a nuestras libertades, picotones que van dando poco a poco como adormeciendo a la víctima, tal cual lo hacen las aves de rapiña. 

Lenta pero sostenidamente, cada vez son más las medidas gubernamentales tendientes a despojarnos de las libertades esenciales. La verdadera lucha, la más importante, la que realmente dignificará nuestra acción es la que debemos dar para recuperar las libertades perdidas y sostener las que aún poseemos, nada de lo que podamos conseguir sin ella carecerá totalmente de sentido.

La manía persecutoria de considerar enemigo a todo aquel que piensa diferente o se posiciona en defensa de sus intereses, recayó ahora sobre las fuerzas de seguridad.

Pocos van quedando libres de la ira presidencial, pero también son pocos quienes tienen la valentía y la integridad de mantenerse firmes ante los embates. Fuimos los primeros en rebelarnos y mostrar el camino, muchos cobardes lo vieron y no se animaron, por eso nos unimos a gendarmes y prefectos no solamente en su reclamo salarial sino también en su digna postura.


FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES RURALES DE ENTRE RÍOS

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