sábado, 4 de agosto de 2012

Efecto de la separación inicial por sexos sobre el porcentaje de uniformidad en gallos Campero INTA


En el presente trabajo se evalúa el efecto que produce a separación inicial de sexos sobre la uniformidad del plantel de reproductores machos Campero-INTA a lo largo del ciclo de cría y recría y a las 20 semanas de edad. Se utilizaron cuatro lotes de reproductores pesados provenientes del cruzamiento de las razas Cornish colorada, Plymouth Rock blanca, Rhode Island colorada y Anac.






En el presente trabajo se evalúa el efecto que produce a separación inicial de sexos sobre la uniformidad del plantel de reproductores machos Campero-INTA a lo largo del ciclo de cría y recría y a las 20 semanas de edad. Se utilizaron cuatro lotes de reproductores pesados provenientes del cruzamiento de las razas Cornish colorada, Plymouth Rock blanca, Rhode Island colorada y Anac.
Cada lote, integrado por 300 hembras y 50 machos, fue dividido al azar a su llegada al establecimiento en unidades experimentales de 150 hembras y 25 machos. Durante las 5 primeras semanas de vida, en el grupo A (tratado) machos y hembras se alojaron en compartimientos separados, mientras que en el grupo B (control) ambos sexos se criaron en forma conjunta.
En ambos grupos, los sexos se mantuvieron separados hasta el final de la recría (semana 20 de vida). La curva de uniformidad fue similar, en especial hasta las 15 semanas, con valores iniciales que oscilaron entre 77 y 70% (grupo A y B respectivamente), para luego descender marcadamente en los machos del grupo B, con valores algo inferiores al 40% al finalizar la etapa de cría.
Al finalizar la fotosensibilización, los valores fueron de 86,7±9,4 y 63,32±8,7% para los grupos A y B respectivamente, diferencias que fueron estadísticamente significativas (p=0,01). A las 20 semanas la uniformidad correlacionó con fertilidad a las 48 semanas en el grupo A (r = 0,98 p<0,05), mientras que en los machos del Grupo B no correlacionó.
Se considera esencial que machos y hembras se críen separados, en particular en las etapas iniciales del ciclo, para tener óptimos resultados en la fase de producción de huevos fértiles.

Palabras clave: gallo Campero INTA, uniformidad, separación por sexos, fertilidad.
Introducción
El porcentaje de uniformidad es un buen indicador de la evolución de las distintas etapas del proceso productivo, ya que los problemas relacionados con el manejo, la alimentación o la salud, desde el primer día de vida afectan a esta variable. En poblaciones aviares, los bajos porcentajes de uniformidad por lo general se  correlacionan con pobres rendimientos reproductivos 21.

Si bien son muchos y variados los factores externos al establecimiento que pueden conducir a una pobre uniformidad en un lote de reproductores 4, también deben considerarse las condiciones de manejo, en especial durante las primeras semanas de vida 5.
En la actualidad se observan resultados reproductivos disímiles entre estirpes de reproductores pesados mantenidos en iguales condiciones, lo que plantea la necesidad de adecuar las normas de manejo para lograr máxima eficiencia en cada caso.

La modificación de los programas de manejo está en continua evolución, siguiendo a los cambiantes requerimientos de las aves 17. Las razas tradicionales, por ejemplo, presentan una curva de requerimientos propia, ajustada a sus características genéticas y patrones de crecimiento 15.
En nuestro país, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) cuenta con razas de aves pesadas para la obtención del pollo "Campero- INTA", que por su rusticidad y adecuados índices de producción (crecimiento y conversión) constituye una alternativa económica para los sistemas de producción semi-intensivos 2.
En las cabañas de reproductores padres, bajo condiciones de manejo convencional (monta natural), el macho posee la mayor incidencia sobre la fecundidad del lote ya que debe fertilizar un gran número de hembras. Por esto, cuando se producen descensos en los porcentajes de fertilidad, por lo general la evaluación se inicia considerando la problemática del macho dentro del lote 23.

En avicultura, si bien la cría y recría de los reproductores puede llevarse a cabo manteniendo machos y hembras juntos o separados, el manejo inicial que reciban los reproductores tendrá efectos significativos en relación al logro de los objetivos reproductivos 14.
La extensa fundamentación teórica relacionada con los cambios histológicos,  anatómicos y fisiológicos que ocurren durante esa etapa, justifica plenamente los esfuerzos orientados a mejorar el manejo inicial del plantel 7, 22.

Teniendo en cuenta que los machos tienen su propio estándar de peso, la cría  separada permite que todos los gallos del plantel tengan un adecuado consumo de alimento y con ello un óptimo desarrollo corporal 3, más aún considerando que las primeras cuatro semanas de vida del gallo constituyen un período crítico, ya que se consolidan ciertos aspectos físicos y genitales que determinarán su futuro desempeño reproductivo 13.

Además del ajuste del peso es necesario alcanzar una buena uniformidad del plantel, de manera que el logro de un peso corporal cercano al estándar provisto por la línea genética -en relación con la edad- y una alta uniformidad, constituyen los objetivos centrales para el período de la recría 9.

En algunas estirpes de reproductores pesados, como en los machos seleccionados para alto rendimiento, se ha hecho hincapié en mantener altos porcentajes de uniformidad, no sólo para tener una distribución uniforme del número de hembras por macho en producción, sino también para controlar su talla y no trabajar con machos demasiado grandes en producción 1.
El objetivo del presente trabajo fue evaluar el efecto que produce la separación inicial de sexos sobre la uniformidad del plantel de reproductores machos Campero- INTA a lo largo del ciclo de cría y recría y a las 20 semanas de edad (final del período de fotosensibilización).

Material y métodos 

Los ensayos se llevaron a cabo en el Módulo de Reproducción de Aves de la Estación Experimental del INTA Las Breñas, Provincia de Chaco (Argentina). La cría (0 a 5 semanas) se realizó en un galpón cerrado, en el cual se hicieron separaciones para alojar los grupos experimentales, a una densidad de 12 aves por m2.
Para la provisión de calor se empleó una campana a gas de  120 cm de diámetro y se utilizaron bebederos de platocon recipiente invertido y comederos tolva de 6 kg de capacidad. A las 5 semanas de vida, las hembras fueron trasladadas a un galpón de recría semi-abierto con acceso a un parque cercado, a una densidad de 6 aves por  m2 en la superficie cubierta y 1 ave cada 2 m2 en el parque.

Los machos fueron alojados en galpones similares pero sin acceso a parque, a una densidad de 5 aves por m2. La separación entre machos y hembras obedeció a que  los reproductores pesados se recrían normalmente en ambientes distintos debido a sus diferentes requerimientos nutricionales y de manejo.
Las densidades de aves/m2 respondieron al hecho que las curvas de crecimiento son disímiles entre machos y hembras debido al mayor peso alcanzado por los machos, razón por la cual necesitan más espacio. En ambos galpones, se utilizaron comederos tolva de 15 kg y bebederos campana.

En el programa sanitario se incluyeron vacunas contra coccidiosis aviar (agua de bebida), enfermedad de Newcastle (gota ocular), bronquitis infecciosa aviar (gota ocular), enfermedad de Gumboro (gota ocular), laringotraqueitis infecciosa aviar (agua de bebida), encefalomielitis infecciosa aviar (punción de la membrana alar), cólera aviar (inyectable), coriza infecciosa (inyectable), síndrome caída de postura  (inyectable, oleosa), y antiparasitarios de amplio espectro.

El programa de alimentación empleado (Tabla 1) fue el sugerido por la cabaña de origen que establece las cantidades de alimento a suministrar (ajustadas  semanalmente) con un alimento iniciador (entre el día 0 y 4 semanas), uno de recría (semanas 5º a 20º) y de prereproducción (semanas 20º a 25º).
Para los lotes nacidos en invierno (fuera de estación), se utilizó el programa de luz aumento-reducción en el período comprendido entre el inicio del ciclo y las 20 semanas (fotosensibilización). En aves nacidas en verano (en estación), se trabajó con el fotoperíodo natural decreciente.

Se utilizaron cuatro (4) lotes de reproductores pesados provenientes del cruzamiento de las razas Cornish colorada, Plymouth Rock blanca, Rhode Island colorada y Anac. Cada lote, integrado por 300 hembras y 50 machos (proporción de sexos de uso corriente en reproductores pesados en el inicio de la cría), fue dividido al azar a su llegada al establecimiento en dos grupos (unidades experimentales) de 150 hembras y 25 machos.
Durante la etapa de cría, es decir las 5 primeras semanas de vida, en el grupo A (tratado) machos y hembras se alojaron en compartimientos separados, mientras que en el grupo B (control) la cría se realizó en forma conjunta. En ambos grupos  experimentales, durante la recría, los sexos se mantuvieron separados hasta el final del ensayo (semana 20 de vida).
Se analizaron los efectos de la separación inicial de machos y hembras sobre la evolución del porcentaje de uniformidad en las etapas de cría y recría y al final de la misma (20 semanas de edad). También se establecieron correlaciones con la fertilidad del lote durante la etapa de reproducción.
El seguimiento de cada lote tuvo una duración total de 48 semanas, correspondiendo 20 al período de cría/recría, 4 al de pre-reproducción y 24 semanas al de postura 18.

Mediante balanza electrónica digital se obtuvo el peso corporal individual sobre una muestra representativa del lote de machos y a partir de la misma se calculó el promedio de cada grupo (PC, en g) y el porcentaje de uniformidad (Unif, en %).
Estas tareas se llevaron a cabo semanalmente, registrando PC mediante pesajes y porcentaje de uniformidad por cálculo (porcentaje de aves que se hallaran dentro del 10% por encima y por debajo del valor promedio de PC para el grupo).
En la fase de reproducción, entre 25-48 semanas, se registró con un intervalo de 7 días 11 el índice de fertilidad (Fer) estableciendo la relación entre el total de huevos embrionados y el número de huevos puestos en bandeja. Esta variable es representada con la abreviatura Fer más el agregado del número de semana a la que corresponda dentro del ciclo.

Se aplicó un modelo experimental en bloques al azar (diseño en bloques  completamente aleatorizados, BCA), en el cual cada lote constituyó un bloque  completo y, a su vez, una repetición simple de cada tratamiento.
Como la infraestructura y el equipamiento que posee el establecimiento no permitieron efectuar réplicas del experimento de manera simultánea (en el mismo espacio y tiempo) se hizo necesario trabajar con distintas partidas (lotes) de aves.

Los valores de las variables se ingresaron en forma categórica en planillas y archivos informáticos para el posterior análisis estadístico utilizando el programa Statistica para Windows. La distribución de todas las variables fue constatada mediante el método de Wilk- Shapiro (Rankit Plot).
El número de repeticiones fue estimado en función del grado de precisión deseado y el desvío estándar 16, 19 de algunas de las variables dependientes hallados en trabajos previos 20. Se aplicó análisis de la medidas repetidas (MR) y análisis de la varianza (ANOVA) para un diseño en bloques al azar, evaluando las diferencias entre tratamientos de las variables dependientes y las relaciones (correlación de Pearson) entre ellas, considerando límite un nivel de significancia del 5% 16, 20.
Tabla 1. Tipo y composición de la raciones según período del ciclo.
Composicion  Tipo de alimento 
 Iniciador Recría Pre-reproducc. Reproduccion 
Energía met. (Kcal/Kg) 29.00 2.900 2.800 2.850 
Calcio (%) 0,95 0,9 3,5 
Fosforo (%) 0,45 0,4 0,5 0,5 
Proteína bruta (%) 21 19 18 17 
Grasa (%) 3,2 3,5 
Fibra bruta (%) 3,5 3,3 3,3 
Acido linoleico (%) 1,3 1,3 1,7  1,7
 Lisina (%) 1 0,85 0,9 0,8
 Metionina (%) 0,5 0,45 0,4 0,4
 Met + cistina (%) 0,8 0,75 0,7 0,7
 Treonina (%) 0,8 0,7 0,7 0,65
Resultados
Los valores de Unif en machos reproductores se presentan en la Figura 1, en la cual es posible advertir que a lo largo del período de crecimiento, se registraron para ambos tratamientos, fuertes oscilaciones intersemanales.
En general se puede destacar que en ambos grupos, el trazado de la curva de uniformidad fue similar, en especial hasta las 15 semanas, con valores iniciales que oscilaron entre 77 y 70%  (grupo A y B respectivamente), los cuales luego descendieron marcadamente en los machos del grupo B, con valores algo inferiores al 40% al finalizar la etapa de la cría.

No obstante, prácticamente a lo largo de toda la etapa analizada, las aves del grupo A presentaron registros superiores a las del B. Es de destacar que las diferencias se incrementaron a medida que se avanzaba en la etapa.
A partir de la semana 16 los porcentajes logrados en el grupo A se mantuvieron alrededor del 80%, registrando un máximo cercano al 90% en la semana 21, constatándose a esa edad las mayores diferencias para la variable en estudio. Los valores de Unif al inicio del fotoestímulo fueron de 86,7±9,4 y 63,32±8,7% para los grupos A y B respectivamente; dichas diferencias fueron estadísticamente significativas (p=0,01), tal como se puede  observar en la Figura 2.

A las 20 semanas, Unif correlacionó con fertilidad a las 48 semanas en el grupo A (r = 0,98 p<0,05), mientras que en los machos del grupo B, Unif no correlacionó en forma significativa con Fer 48.
Figura 1. Evolución de los porcentajes de uniformidad durante la etapa de cría y recría de los gallos Campero- INTA.

Figura 2. Porcentajes de uniformidad al inicio del fotoestímulo en gallos Campero-INTA según tratamientos.
Discusion
La dispersión de pesos observada en ambos grupos experimentales coincide con los hallazgos realizados por otros autores en estirpes de reproductores pesados 13, 10, quienes observaron que la crianza mixta no permite que los machos alcancen el peso corporal ni los porcentajes de uniformidad adecuados, particularmente al inicio del ciclo de vida, debido a que las hembras los superan en número y registran un mayor peso inicial, dominando los espacios de comederos y bebederos e impidiendo que aquellos alcancen la suficiente consistencia en su crecimiento y generando la mayor dispersión de pesos.

Aunque en el presente ensayo ambos grupos experimentales registraron mermas manifiestas en los porcentajes de uniformidad durante el inicio del ciclo, estas fueron más marcadas en los machos del grupo B, es decir, aquellos criados junto a las  hembras.
Si bien no puede minimizarse el efecto que las normas de manejo inicial producen en el macho, esta variable se encuentra relacionada, en parte, con factores que operan previamente a la llegada del lote al establecimiento, manifestando recién sus efectos en etapas posteriores del ciclo 5, 21.

Se ha señalado que ciertas maniobras que se ejecutan en el macho en planta de incubación (corte y cauterización de dedos, espolones y cresta) producen estrés, lo cual incrementa aún más la necesidad de ajustar las condiciones de crianza ya que para lograr machos uniformes y con pesos ajustados a los estándares se deben controlar sus requerimientos desde el primer día de vida 6.
Se ha destacado que elevados porcentajes de uniformidad en gallos sólo pueden lograrse mediante la aplicación de adecuadas normas de manejo en las primeras 4 semanas 8.

La evolución inicial de la uniformidad constatada en nuestro ensayo fue similar a la hallada por otros autores, quienes refieren que, aunque las aves de un día presenten altos niveles de uniformidad, acusan por lo general un descenso en los primeros 7 a 14 días debido a la intervención de ciertos factores tales como la composición físico-química y el grado de reservas nutricionales disponibles en los  pollitos al día de vida 21.

Es común observar que a pesar de recibir condiciones adecuadas de crianza en la primera etapa de la vida, pollos con muy diferentes requerimientos no pueden satisfacer todas sus necesidades en relación con el medio ambiente y por lo tanto disminuyen sus porcentajes de uniformidad 21.

La falta de adecuadas normas de manejo en la etapa de cría magnifica la variabilidad preexistente disminuyendo los porcentajes de uniformidad 14. En coincidencia con lo manifestado por varios autores, hemos constatado que la cría separada de machos y hembras, se traduce en una evolución de los porcentajes de uniformidad mucho más cercana a la considerada normal con diferencias estadísticamente significativas al  final del período de recría, probablemente debido a la mejor disponibilidad de  nutrientes en etapas tempranas del ciclo cuando no deben competir con la hembra y  al menor estrés social al que fueron sometidos 8, 10.
Es importante destacar que en los machos criados en forma separada, la uniformidad correlacionó con Fer 48 lo cual no ocurrió en el grupo B, lo que podría indicar que la menor dispersión de pesos de los machos del tratamiento A produjo mejoras en la evolución de la aptitud reproductiva a largo plazo 23.
Estos hallazgos coinciden con los de autores que señalan que un lote uniforme hace posible la aplicación de mejores prácticas de manejo en la etapa de la reproducción, debido a que la mayoría de las aves estará en un estado fisiológico similar y responderá consecuentemente a los ajustes en los distintos factores medioambientales, obteniendo resultados reproductivos consistentes tales como la mejora en los porcentajes de fertilidad a largo plazo.

Se ha reportado la existencia de una jerarquía entre los distintos gallos dentro de un lote debida a las diferencias en el peso corporal y a la dominancia natural entre los distintos grupos de gallos 12, lo que trae aparejado que los machos más pesados o dominantes presenten una mayor frecuencia de montas, las cuales pueden no ser fecundantes afectando la fertilidad global del lote, de ahí la importancia de mejorar los niveles de uniformidad de peso para mejorar la fertilidad a lo largo del ciclo reproductivo 11.

En conclusión, se considera necesario monitorear el crecimiento del reproductor pesado durante la cría y reproducción (peso corporal y porcentajes de uniformidad) para tener óptimos resultados en la fase de producción de huevos fértiles.
Dado que dicho objetivo se alcanza a través de programas de asignación adecuada de nutrientes para cada sexo, es esencial que machos y hembras se críen separados, en particular en las etapas iniciales del ciclo.

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