La Argentina enfoca su futuro en la industrialización del agro. Los sectores público y privado coinciden en que allí está la clave. Aseguran que con políticas agroalimentarias el país podría producir unos 25 mil millones de dólares más.
El primer bloque de la tarde del seminario Agrotendencias 2011, organizado por la Federación de Acopiadores, pretendió descubrir el camino para proyectar a la agroindustria como motor del crecimiento económico del país.
“Muchos vinieron pensando que yo iba a hablar sobre un producto y vengo a hablar sobre el proceso que lleva a ese producto”, arrancó diciendo Isidoro Felcman, uno de los responsables del recientemente lanzado Plan Estratégico Agroalimentario, en el panel sobre Potenciales productivos y políticas públicas: “Argentina y la Agroindustria”.
“Un plan estratégico debe generar una visión compartida de futuro y en esta visión el proceso es central, porque implica escuchar al otro, implica participación, involucramiento y -si todo esto existe- se genera compromiso”, continuó.
Según Felcman, el proceso del PEA fue ordenado según dos vías de resolución: la lógica metodológica y la lógica participativa.
A partir de esto y luego de haber consultado a unos 7.000 actores, de 23 provincias, “se descubrieron dos campos paradigmáticos: el de fronteras afuera y fronteras adentro. Lo que nosotros nos preguntamos es si estos campos son divergentes o convergentes. La apuesta es encontrar un punto de acuerdo”, expresó.
En este proceso del PEA se identificaron 4 elementos: la posición de la Argentina como líder mundial en agroalimentos, la generación de valor agregado en origen, el aseguramiento de la provisión alimentaria local e internacional y el desarrollo de la Nación y sus regiones y territorios.
“Casi todos los actores hablan de crecimiento con desarrollo, con inclusión social y sustentabilidad ambiental. También hablan de la generación de valor agregado en origen, porque es fundamental para la Argentina pensar en la industrialización de la producción primaria y la inclusión de toda la cadena”, reconoció el especialista.
¿Cómo?
“Tenemos que exportar productos alimentarios elaborados. El 50% del comercio mundial se basa en estos productos y la Argentina participa tan sólo con el 2%”, indicó Lucio Reca, ex secretario de Agricultura y uno de los autores del documento “Aportes para una política de estado”.
Bien parada en la columna vertebral del sector agropecuario, la Argentina podría maximizar su presencia internacional y hacer crecer su economía, con inclusión social.
Según Reca, las condiciones para el crecimiento están dadas, pero “necesitamos una visión estratégica del panorama mundial y políticas de estado consensuadas y estables. Hace falta una agricultura próspera para tener una agroindustria próspera”, insistió.
Sin embargo, Rafael Delpech, ex secretario de Agricultura y otro de los autores del documento, consideró que “toda esta visión debería provenir de una verdadera política agropecuaria. No puede ser que el plan estratégico pretenda sustituir esta política”.
Con educación
“La oportunidad que tiene la Argentina hoy es mayor que la que tuvo a principios de siglo. En valor, en variedad de productos, en la distribución del territorio”, ejemplificó a su turno Juan José Llach.
Sin embargo, el ex ministro de Educación sostuvo que las políticas agroalimentarias “no son buenas. Si lo fueran, nuestro país podría estar produciendo 25 mil millones de dólares más, de los cuales 15 mil millones podrían ser de exportaciones”.
Según Llach, el país necesita una buena macroeconomía, con superávit fiscal estructural; mayor atracción para las inversiones, un balance y equilibrio entre exportación y mercado interno, “y un federalismo maduro y solidario, donde la participación directa de las provincias y los municipios en el reparto fiscal sea más importante”. Para el especialista, la clave está en la asociatividad y en los esquemas de distribución de la renta.
“La gran apuesta debe ser por la educación y la salud. Una apuesta a mediano y largo plazo, pero estamos en deuda”, dijo Llach, antes de invitar a la audiencia a sumarse al proyecto Nutrición 10, Hambre Cero, conformado por una red de personas e instituciones que buscan discutir políticas para llegar a este objetivo. “No nos podemos conformar con paliar el hambre, debemos preocuparnos por la nutrición”, destacó.
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