lunes, 4 de junio de 2012

Libro "Los Condenados de este Mundo" de J. J. Sena se presentó en Rancul





        El pasado viernes 1º de junio, la Subsecretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa y la municipalidad de Rancul presentaron el libro de Juan José Sena  “Los Condenados de este Mundo”.

        El acto contó con la presencia del escritor, la subsecretaria de Cultura, Prof. Analía Cavallero; Carina Torres Leyton, responsable del área municipal de Cultura, además de vecinos y docentes que acompañaron la presentación.

        La actividad se enmarcó en los festejos por el  25º aniversario de la Escuela Nº 234 "J. A. Picca"  de dicha localidad y marcó el inicio del programa "Escritores Pampeanos en Diálogo"del organismo provincial.
        Tal como sucediera durante la pasada edición de la Feria Internacional del Libro, la presentación estuvo a cargo de la Prof. Patricia Malone, quien en esta oportunidad nos regaló esta bellísima reseña de lo sucedido:

                           MEMORIA MÁS CERCANA  por Patricia Malone:
"Viernes 1 de junio. Cae la noche −tan unánime, al decir de Borges- sobre Rancul. Pero las luces de la Escuela nº 234 se encienden y parecen desmentirla, porque un grupo de personas esperan al escritor Juan José Sena, quien habrá de presentar pocos minutos después su libro “Los condenados de este mundo”. Y lo hará en ese lugar no sólo tan caro a sus afectos, sino también relevante en la construcción de la obra narrativa.
  Apenas pasadas las 20, Carina Torres Leyton, responsable local del área de Cultura, da la bienvenida a Juan José Sena. Con cálidas palabras, expresa la alegría por tenerlo allí para celebrar conjuntamente los primeros 25 años de la Escuela 234 “Jorge A.Picca”. Bajo la locución de Miguel Ángel Ussei, Torres Leyton cede la palabra a la Subsecretaria de Cultura de La Pampa. La profesora Analía Cavallero comenta entonces al público que la presentación del libro da inicio al Programa “Escritores en Diálogo”, que se propone acercar a los autores pampeanos y sus textos no sólo literarios sino también de investigación e historia, al público de los pueblos de la provincia con el fin de establecer intercambios de ideas, diálogos, preguntas, propuestas; Rancul es el ámbito elegido para desarrollar esa primera experiencia cultural, y como menciona luego Cavallero, en esa noche las anécdotas, impresiones, recuerdos de Juan José Sena abrazarán el alma de sus cuentos y trascenderán el mundo literario para tornarse sociales, para volverse una vivencia de la comunidad"
Tras estas reflexiones, la profesora Patricia Malone lee un fragmento de “Memoria más antigua”: "tal vez el cuento en que el escritor residente en General Pico se refiere de manera más pregnante a su amado Rancul, espacio que siempre ha sido el escenario de sus narraciones, aun cuando mentara otras voces, otros ámbitos de la geografía pampeana.
  Luego llegó el momento esperado: habló Juan José Sena. Tras comentar la emoción que le producía estar en la tierra de su infancia, señaló que Rancul era el lugar mítico en su obra. Tal como Comala para el mexicano Juan Rulfo y Macondo para Gabriel García Márquez, los ecos de la modernidad en la obra de Juan José Sena no pueden reconocerse en otro territorio que el de Rancul, “la tierra de mis bisabuelos”, ese lugar lleno de magia donde el escritor imaginó, vivió, amó, sufrió y conoció las vicisitudes de una felicidad llena de inocencia y magia. Sena habló de un personaje verdaderamente matriarcal: su bisabuela Rosa Di Gregorio, emparentada con los Conforte, quien donara las tierras del futuro cementerio para que nadie en Rancul tuviera que pasar el tormento de enterrar a sus muertos en el camposanto de Parera, no sin antes dejar precisas instrucciones sobre la distribución de las últimas moradas para sus parientes y sobre el funcionamiento de esa necrópolis en general. Mientras el auditorio seguía este discurso con interés, Sena continuó hablando sobre el verosímil de su obra y sobre el carácter ficticio de los nombres y los personajes, pues como agregó con una contundencia no exenta de cierta picardía: “No hay que tenerle miedo a los muertos, pero sí a los vivos”. Los asistentes correspondieron con sonrisas cómplices a esta aseveración. Finalmente, el escritor agradeció las muestras de afecto recibidas, y se mostró dispuesto al diálogo y a las ansias de saber del público.
Luego, Sena bajó del escenario, pero no terminaron allí las mieles del reencuentro. Como para demostrar que el único paraíso que tenemos es la infancia, luego arrebatado por los tormentos de la existencia o para decirlo mejor en la voz de Olga Orozco cuando dice que la infancia perdida es esa “piedrecita negra, lisa, lustrosa” que nos resistimos a abandonar, Sena continuó recordando, departiendo con sus nuevos públicos y sus antiguos amigos, evocando tiempos, personajes, territorios.
  A la hora de irse, y parafraseando al autor, quedaban cosas por decir, historias por contar, complicidades por establecer. La próxima vez, ¿por qué no?.Al embrujo de la noche de Rancul, la memoria se torna cercana y el presente conjuga nuevos relatos, actualizadas memorias, deseos de hablar, recuperar pasados no tan remotos y así, ¿cómo no soñar con ello?, conjurar a las Moiras que tejen el destino de los hombres".
        

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